“Me gustaría volver a ser mamá, pero me da un poco de miedo. No pienso en adoptar, pero por mi edad no cerraría esa chance".
De lunes a viernes, Verónica Lozano anima las mañanas de Telefe en AM, donde saca a relucir su histrionismo y su excelente sentido del humor. A los 43 años, la conductora parece haber encontrado un perfecto equilibrio entre su carrera profesional y su vida personal.
Madre de Antonia (4), fruto de su relación con Jorge “Corcho” Rodríguez, Verónica brindó una íntima entrevista a la revista Luz en la que habló de todo. El amor, la maternidad, el paso del tiempo, las ganas de volver a ser madre y mucho más.
"Ya no me imagino la vida sin mi hija. Es un amor muy intenso, muy puro y desinteresado".
“No sé cómo no me di cuenta antes; ya no me imagino la vida sin mi hija. Es un amor muy intenso, muy puro y desinteresado. Aunque a veces tenga ganas de tirarla por la ventana, por lo general me llena de ternura, inspiración y magia”, contó Lozano y habló de la posibilidad de adoptar. “Me gustaría volver a ser mamá, pero me da un poco de miedo; estar embarazada te demanda mucho tiempo y no quiero dejar de lado mi trabajo. Hoy, no pienso en adoptar, pero por mi edad no cerraría esa chance. Me parece un acto de muchísimo amor y responsabilidad”, aseguró.
"Yo lo cambié a Corcho: antes era triste y ahora se ríe mucho más. No se hace tanto el recio. Logré ablandarlo un poco".
En pareja desde hace varios años con Corcho Rodríguez, Verónica sostiene que la relación es un trabajo día a día. “Cultivamos la pareja. Es lindo jugar a ´estar de novios´. Yo soy más graciosa; él es más callado y cada tanto pone unas caras tremendas o hace comentarios sotto vocce que son geniales. Yo lo cambié: antes era triste y ahora se ríe mucho más. No se hace tanto el recio. Logré ablandarlo un poco”, afirmó.
Sobre el final, Lozano habló del inevitable rotar de las agujas del reloj. “Me empieza a pegar el paso del tiempo. Me gusto, creo que llevo los 43 años bastante bien, pero es muy cruel, sobre todo para las mujeres. Para nosotras siempre hay un pelado simpático o un tipo con una panza divina. En cambio a las chicas nos dicen gorda bachicha. El sistema tiende a las jóvenes y es muy ingrato. De grande me veo como Chunchuna Villafañe; quiero ser una vieja canchera con mucha onda, no una pendevieja. No quiero estar tuneada”, reveló la conductora y contó que se somete a tratamientos anti age no invasivos.