Los días en rehabilitación o los problemas con la Ley de Lindsay Lohan se han convertido lamentablemente, en temas cotidianos para la prensa de Hollywood y el resto del mundo. Quien fuera una estrella juvenil de Disney se transformó en su adultez en una de las actrices más conflictivas del séptimo arte.
"La cocaína era más una cuestión de las fiestas: la gente la tenía y yo la tomaba".
Luego de seis internaciones, Lindsay decidió hablar públicamente y sin filtro de sus adicciones con la periodista Oprah Winfrey, una especie de Susana Giménez norteamericana: “Soy mi peor enemiga, lo sé y lo admito”, aseguró la actriz.
La conductora no dudó en preguntarle: “¿Sos adicta?” y ella tampoco dudó en responder con un contundente “sí, soy adicta al alcohol”. Lohan brindó más detalles de sus problemas con la bebida y la cocaína: “En el pasado, el alcohol fue la puerta de entrada a otras cosas para mí. La cocaína era más una cuestión de las fiestas: la gente la tenía y yo la tomaba. Iba de la mano del alcohol”.
"No culpo a nadie por mis errores. Lo hice y no estoy orgullosa de ello".
A pesar de haber dicho frente a la Justicia que sólo había consumido cocaína tres o cuatro veces, en la entrevista la joven de 27 años reconoció que mintió por miedo a ir a la cárcel y confesó: “la consumí sólo unas 10 o 15 veces”.
La estrella desligó responsabilidades y concluyó: “No culpo a nadie por mis errores. Lo hice y no estoy orgullosa de ello”. ¿Se viene, finalmente, una nueva Lindsay Lohan?