La historia de Maxi Oliva (28) mpactó desde el principio. En 2006, el joven -por ese entonces de 21 años- pesaba 215 kilos y entró a la primera edición de Cuestión de Peso. Meses después, y con mucho esfuerzo, logró ganar el reality y bajar más de 100 kilos. Su peso ideal, entre 90 y 100 ya no era un sueño, sino una realidad.
"Estoy devastado, ya cansado de la situación. Siento mucha culpa por no haberme mantenido. Soy todo o nada. Me empecé a desesperar y empecé a comer de vuelta y no podía parar, con una depresión muy grande".
Sin embargo, esa saludable alegría duró poco y Maxi tuvo una fuerte recaída. En 2007 llegó a pesar 250, demandó a Cuestión de Peso y a la clínica del Dr. Cormillot, pero ofreció disculpas y logró volver al programa. Allí, nuevamente pudo bajar 123 kilos y logró un peso de 110.
Pero otra vez Maxi recayó. En la tarde del miércoles apareció en Infama acostado en su cama, junto a su hijita Valentina (3), con un peso de casi 300 kilos. "Está a la vista cómo estoy, devastado, ya cansado de la situación. Siento mucha culpa por no haberme mantenido. Soy todo o nada. Me empecé a desesperar y empecé a comer de vuelta y no podía parar, con una depresión muy grande".
Maxi tiene todavía una cirugía bariátrica pendiente, que le regalaron en Cuestión de Peso luego de haber ganado, pero que no se puede hacer debido a su exceso de peso. Sus padres, según relató Santiago del Moro, llamaron a la producción de Infama y están desesperados por ayudarlo en este difícil momento.