Chávez tiene una manera más artesanal y meticulosa de encarar las escenas, al estilo del unitario. Y Arana está más acostumbrado al vértigo de la tira diaria. Es por eso que, antes de comenzar las grabaciones, ambos actores tuvieron una charla en la que expusieron sus formas de trabajar.
Farsantes, la nueva gran apuesta de El Trece, que debutó el miércoles pasado con 20.6 puntos de rating y se colocó como el programa más visto de lunes a jueves, ya generó sus primeras repercusiones en la prensa y no sólo por la buena calidad de su contenido.
Algunas versiones señalaron que Facundo Arana y Julio Chávez no tendrían una buena relación y que hasta habrían tenido un entredicho en el set. Según pudo saber Ciudad.com, si bien los actores encaran el trabajo con diferentes perspectivas y costumbres, mantienen un buen vínculo laboral, de cordialidad.
Mientras que Chávez -formado en el teatro y acostumbrado a los tiempos del unitario- tiene una manera más artesanal y meticulosa de encarar las escenas, Arana está más acostumbrado al vértigo y el ritmo de la tira diaria. Es por eso que, antes de comenzar las grabaciones, ambos actores tuvieron una charla en la que expusieron sus formas, criterios y maneras de trabajar. Tras discutir este punto, con buena predisposición, tanto Arana como Chávez aceptaron y respetaron las diferencias.
No se hicieron amigos fuera del ámbito laboral, está claro. Tampoco esperen verlos a uno en el cumpleaños del otro. Pero tras ajustar la metodología de trabajo, hoy el clima es cordial.
En una entrevista con Ciudad.com, Chávez había contado cómo era su dinámica. “No soy un actor que conversa con los compañeros, para mí los acuerdos 'extra escena' son posibilidades, pero para mí el acuerdo está en el interior del partido. No establezco generalmente acuerdos con los otros fuera de las escenas. Sí de respeto, cordialidad y en principio buena leche. Pero después es el partido el que va autorizando. Y no es una traición reaccionar de una manera diferente. A veces, los acuerdos son peligrosos”, comentó.
Tras discutir este punto, con buena predisposición, tanto Arana como Chávez aceptaron y respetaron las diferencias.
Luego, admitió que era meticuloso y muy dedicado. “Lo soy, y hay mucho tiempo para trabajar. A veces tengo miedo de que en algún momento venga una factura en la vida preguntándome qué hice con la vida social”, confesó.
Farsantes iba a ser un unitario. Pero tras la ausencia de Marcelo Tinelli en la grilla del canal del solcito, se readaptó para ser una tira. Chávez debió amoldarse a eso, y ahora el elenco se amolda con el tiempo. El resultado está a la vista: una ficción de calidad con grandes actuaciones.