Uno podría pensar que La dama del rock, como tantas veces se la ha llamado, tendría un lema más rebuscado. Pero Fabiana Cantilo (52) sorprende al pronunciar en reiteradas oportunidades su mantra, tan simple y potente como “Llega el que no se cansa”. Lo repite, se lo repite. Y lo vuelve a repetir. Como para no olvidarlo.
Así, con el concepto de superación dominando por completo el mano a mano que mantiene con Ciudad.com, Cantilo se muestra vulnerable y fuerte a la vez. Pero, por sobre todas las cosas, Fabi -después de una tarde de mates y charla, uno se siente cuasi habilitado a llamarla así- resulta una persona extremadamente sensible y dueña de aquella “honestidad brutal” que otro genio del rock supo acuñar en uno de sus discos…
"No quiero estar con alguien. Estoy asustada, porque mi última pareja fue tan pero tan horrible que terminé internada".
Acaba de realizar una serie de exitosos shows en el Teatro Ateneo y continúa presentando su onceavo disco Ahora con la gira Excelsior, pero poco queda de la diva de los escenarios cuando se presta al encuentro. “Muy linda la casa, ¡pero es alquilada!”, dice entre risas mientras me recibe en su hogar y comienza, poco a poco, a desmitificar el glamoroso mundo del rock & roll criollo.
- "Ahora" es tu cuarto disco con letras propias, ¿es el más personal de todos tus trabajos?
- No es muy diferente a los otros tres pero dicen que mejoré bastante la escritura. Además, está la pintura hecha por mí en lugar de una foto mía en la portada y pongo “Fabi” en vez de Fabiana Cantilo. Es algo importante. A las productoras no le gustaba que yo cantara temas propios, pero se las peleé a muerte y es así: llega el que no se cansa. Y yo no es que no me canse, sino que cada vez me gusta más esto que estoy haciendo.
- En el disco hay un tema, Rayo de Luz, que se lo dedicas a Spinetta.
- Era un amor platónico el Flaco… ¡porque no se me acercó! (risas) Al principio, no decía para quién era el tema porque iban a pensar cualquier cosa. Pero no me importa nada de nada porque no tengo nada que ocultar. Lo material va y viene, lo único que tengo son mis cuerdas vocales. Sólo me tengo a mí
"Lo material va y viene, lo único que tengo son mis cuerdas vocales. Sólo me tengo a mí".
- ¿Cómo te llevás con esa soledad?
- Y… está saliendo toda la angustia de la niña que nunca pudo hablar. Sale todo lo que tapaste, ya sea con hombres o con otras cuestiones. Pero ahora estoy resurgiendo, vienen angustias fuertes y uno se las tiene que bancar. No importa qué, no hay que recurrir a nada para tapar. Mis amigas y mi manager son lo más. Después de todo lo que luché y viví, hay cosas que me están volviendo y me lo merezco. Es la primera vez que lo siento, recién ahora.
- ¿Tenés ganas de estar con alguien?
- ¡Por favor, no! Obviamente, como le pasa a cualquier mujer, te dan ganas. Pero no. Estoy asustada, porque mi última pareja fue tan pero tan horrible que terminé internada. Salí y dije: "basta para mí". Era el momento para volver a mí, a los grupos, a los psicólogos y a todo lo que ayuda a estar bien para poder hacer arte. El grupo al que voy me ayuda a ser honesta conmigo misma y tiene que ver con la humildad, con bajar los decibeles. Tengo un par de profesionales que me ayudan y son maravillosos: mi psiquiatra, mi terapeuta de la espalda, mi psicóloga y mi grupo. Yo me puse este equipo para poder estar bien.
"Era un amor platónico el Flaco Spinetta… ¡porque no se me acercó! (risas)".
- ¿Y estás bien?
- Sí, estoy sola pero bien. A veces la paso mal pero nunca la paso mal tocando. Ahora no sé de dónde viene mi angustia, no tiene un nombre específico y por eso decidí ir a una psicóloga para ver qué pasa. Y me encantó. Me dijo una sola palabra: pausa. ¡La amé! Me había olvidado que tengo que estar tranquila. Estoy trabajando mis defectos de carácter, especialmente la ira. Yo soy muy intensa, para lo bueno y lo malo. Cuando alguien me miente o me traiciona, me saco mal. Lo reconozco y eso ya es un logro. Loco es el que no sabe que está loco. De ahí, pasan años hasta el cambio pero si no empezás…
- No es común que un artista de nuestro país hable de una internación.
- No soy común, lo sé. Es que si vas con la verdad, nunca vas a perder nada. Yo no tengo nada que perder ni que ocultar. ¿Qué? ¿Me voy a hacer la careta? Si no estoy bien, no estoy bien. Amo cantar porque me saca de este mundo y odio estar deprimida de más. Aprendí a descansar y el cuerpo se regenera cuando dormís. Pero reconozco que hay momentos en que me da miedo dormirme.
- ¿Por qué?
- Porque te podés morir.
- ¿Le tenés miedo a la muerte?
- No.
- ¿Entonces?
- Cuando mi mamá estaba embarazada de ocho meses de mí, se murieron el papá, el hermano y su mujer en un vuelo de avión. Ya chupé tragedia desde la panza y creo que ahora me estoy animando a revivir lo que jamás me animé a revivir, que fue ese accidente.
"Recién ahora tengo instinto maternal, cuando ya no puedo ser madre por mi edad".
- Estás atravesando un proceso de análisis intenso...
- Sí, totalmente. Soy una como una científica de mí misma. He estado con miles de analistas y terapias alternativas y aprendí un montón de cada uno.
- ¿Tuviste alguna vez instinto maternal?
- Recién ahora, cuando ya no puedo ser madre por mi edad.
- ¿Pensaste en adoptar?
- No. Me llevo bien con los niños pero en este momento tengo que estar haciendo este proceso y no me lo saca nadie. La otra vez hubo una posibilidad de relación con una persona, obviamente más joven que yo, y la corté al toque.
- ¿Por qué? ¿Se prendió alguna alerta?
- Sí, se prendieron todas las alarmitas de las personas que estaban alrededor. No es el momento porque no puedo interrumpir mi proceso. Un hombre te saca de ahí y, chicas, un hombre no es la solución a los problemas. Anímense a quedarse solas, es lo mejor que les pueda pasar porque si ustedes están bien y el otro se va, no pasa nada, te quedás chocha con vos misma. Si te quedás mal porque un tipo se va es motivo para ir a drogarse, a hacerse mierda, que es lo que me pasaba a mí. Fue tan espantosa mi última pareja, era tan mujeriego y tan horror… pero no importa porque yo en otros momentos de mi vida fui igual. Mi psicólogo me dijo: no lo critiques más a él y fijate en tu propia oscuridad. Yo soy muy desconfiada por la vida que tuve: hay gente que ha cambiado ante mis ojos y he visto cómo engañan a la gente. Lo único que importa es el amor incondicional, que lo encontramos en los hijos y en las mascotas. Las parejas, vemos.
- ¿Tuviste grandes amores?
- No, no sé… Sí tuve grandes seres a mi lado. Había amor o algo parecido, yo creo que es más necesidad el uno del otro. Ahora sí hay amor, por ejemplo con Nahuel o Fito, hoy hablé con él. Me gustan los referentes de mi pasado porque me hacen saber que yo existí. El otro es tu memoria. Hace dos meses que Fito no me llamaba y le dije: "Loco, no quiero escuchar tus discos, quiero que me abraces cuando estoy triste". Igual, tengo a mis amigas que me cuidan y son de fierro.
"Yo no me quería drogar, si ni siquiera me gusta el alcohol, mi problema era parar la angustia de alguna manera".
- ¿Te das cuenta que musicalizaste parte de la vida de la gente?
- No, es que si me doy cuenta tengo miedo de creérmela. Vivo una lucha eterna entre la oscuridad y la luz, es libre albedrío constante. Sí me interesa hacerle bien a la gente, está bueno que me lo hagas recordar, pero no me doy cuenta. No pienso en eso. El camino es llegar a la luz porque es el plan divino.
- En ese sentido, ¿el escenario ocupa un lugar de liberación?
- Sí, totalmente. Antes no me daba cuenta pero en estos últimos años que me rehabilité sí soy consciente. En realidad, yo siempre me rehabilité, lo que pasa es que volvía a caer. Mi primera internación fue en el 85, que nadie se enteró, y después la del 2008; esas fueron mis únicas internaciones. Yo siempre me estaba rehabilitando pero era más chica, salía de noche. Pero yo no me quería drogar, si ni siquiera me gusta el alcohol, mi problema era parar la angustia de alguna manera. Y ahora la estoy enfrentando, así, a pulmón. Es muy fuerte pero no me queda otra porque no soy suicida, nunca lo fui, siempre pensé que si te suicidás te vas a otro astral del cual no salís porque el mandamiento dice “no matarás”, y si te drogas te estás matando.
- ¿Y te molesta la cultura del reviente que a veces se da en el rock?
- No estoy más. “No a la gente del palo”, se llama mi proceso. Me da lástima todo lo que se están perdiendo. No sabés lo que es la lucidez del cerebro y cómo pensás cuando estás limpio. Hay que saber pedir ayuda y dejar de lado el ego.
Como yapa, ¡no te pierdas el video con el ping pong a Fabiana sobre los grandes del rock nacional!