La imagen de Marley de traje negro saltando desde trampolín de casi ocho metros de altura hacia una pileta olímpica, es ya de por sí divertida. Pero los impactantes giros que da en el aire (a través de un doble de riesgo) para zambullirse con un perfecto clavado, son aún más sorprendentes. Ese video es la promoción de Celebrity Splash!, el nuevo ciclo de entretenimientos de Telefe, conducido por Alejandro Wiebe.
El escenario se completa con las hermosas Luli Fernández (quien será coconductora) y Pía Slapka (participante) con la clásica malla enteriza roja de guardavidas, que de inmediato traslada al espectador a la mítica serie Baywatch, donde Pamela Anderson brilló en su máximo esplendor físico y actoral.
El formato, que es un éxito en varios países, mostrará a un grupo de famosos entrenados por profesionales en saltos ornamentales, quienes deberán asumir el desafío de elegir desde qué altura del trampolín lanzarse a la pileta. Micaela Breque, Georgina Barbarossa, Gladys Florimonte, Silvia Pérez, Claudia Albertario, Ariel "Burrito" Ortega, Daniel "La Tota" Santillán, Sergio Goycochea, Gastón Soffritti, Belén Francese, Andrea Ghidone, Ximena Capristo, Leandro Penna y Noelia Marzol, son los confirmados de una lista que puede engrosarse.
Para avanzar y ganar en el reality, un jurado evaluará la virtud de los saltos, ponderando tanto la técnica como las picardías a las que apelen los participantes para ganarse el favor del público. En definitiva, bien podría decirse que el salto al vacío es una metáfora de las complejas decisiones que una persona debe realizar para cortejar a una dama o caballero, donde la vergüenza y el miedo también son protagonistas cruciales.
A saber, ser consciente de que hay agua en la pileta y abundante profundidad, que la persona deseada en cuestión lo alienta y lo observa atentamente, pero que una mala ejecución podría dejarlo fuera de competencia... y una buena, significa gloria llena de honores.
He ahí la dicotomía entre ser conservador e ir a lo seguro, arriesgando poco y desplegando una táctica con movimientos simples, desde el nivel más bajo, aunque escasa será la recompensa. O ser un temerario, trepar a la cima, respirar hondo, confiar que los instintos guíen al cuerpo una majestuosa exhibición de destreza, y esperar a salir a flote para comprobar si lo realizado fue una proeza digna de aplausos, medallas y besos. La contracara es quedar como sólo un patético alarde de grandeza que terminó lastimado en cuerpo y alma, además de eliminado de la competencia.
En eso, básicamente, consiste Celebrity Splash. Ah, claro está: la tercer alternativa es acobardarse y renunciar sin intentarlo.