Si Nueva York es, acusando recibo de la inolvidable letra, la "ciudad que no duerme", bien atinado sería decir que la voz de Frank Sinatra es la que no muere.
Su obra, hito de la música, trasciende el efímero aventón de los ritmos de moda. Aún en una primavera donde los actuales recursos de velocidad y viralidad de la Web eran inimaginables, sólo con su talento como arma letal, Francis Albert -tal su verdadero nombre- logró conquistar el globo y "colonizar" las radioemisoras con sus hits, reuniendo la inspiración jazzística y la música pop que empezaba a difundirse. Desde lo técnico, se destacó por su rítmica y fraseo. Sin embargo, los menos entendidos en el tema, lo simplifican de otro modo: su éxito, su secreto, fue ponerle el alma a la garganta. Sin eufemismos.
Nació en Nueva Jersey el 12 de diciembre de 1915, en el seno de una familia de raiz italiana, y tras una meteórica carrera iniciada desde los años 40' (cuando abandonó su rol de cantante de orquesta para jugársela como solista) impuso marcas registradas como (versión de la canción Comme d'habitude de Claude François) y , que pasaron a convertirse en clásicos de su repertorio. Junto a , su himno de vida, zigzagueante entre su fama de playboy infiel, una historia de amor y reveses con la imponente Ava Gardner, y un pase vip a su legendaria banda de amigos, entre quienes se encontraban , , y el propio ¿Se imaginan aquella mesa de poker de viernes?
A 15 años de su muerte (se fue el 14 de mayo de 1998, a sus siempre tempranos 82 años y tras un ataque al corazón), el mejor homenaje es volver a escucharlo. Remitir -quienes puedan- esa atmósfera que supo describir , imaginando a Frank "con un vaso de bourbon en una mano y un pitillo en la otra, de pie, en un ángulo oscuro del bar", rindiendo culto a sus mujeres, al despecho, la noche y sus ingratos amantes, el narcoléptico efecto de un saxo sobre una pareja enamorada y así nomás, cantar... Start spreadin' the news...
Aquí, en un dueto antológico junto a Liza Minelli.
A correr la noticia, damas y caballeros, que su voz nunca muere.