"Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Georgium Marium Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio, qui sibi nomem imposuit Franciscum".
Cuando el cardenal protodiácono Jean Louis Tauran anunció el nombre del nuevo Papa, Fernando Bravo estaba al aire con su programa Bravo Continental. Y al momento de escuchar ese apellido familiar, en medio de tanta palabra en latín, su shock fue el de muchos argentinos.
"¡Noooo! ¿Bergoglio?", se asombró el conductor. "¡Jorge Mario Bergoglio! ¡Acaba de decirlo!", reafirmó su compañero y colega Alfredo Leuco. "¡Señoras y señores, qué estremecimiento!", siguió Bravo. "¡Tenemos un Papa argentino, señores!", anunció. Y la emoción lo invadió: "¡Estoy llorando!".
Luego, le dio paso a un colega que estaba conectado vía telefónica: "¡Nacho, estoy llorando como todos en esta mesa!", dijo con lágrimas que no se veían, pero que por esa magia de la radio, se pudieron imaginar en sus ojos y en los de muchos argentinos.
Habemus Papam argentino.