"Tuvimos un cortocircuito y hasta hace unos días se trataba de un impasse. Veníamos tratando de recomponer pero hoy estoy sola".
Que sí, que no. Rumores, crisis, impasse y finalmente la confirmación: separación.
Micaela Breque (23) está en la tapa de la revista Gente de esta semana y allí confirma el fin de su relación con Calamaro (53): "Estoy sola. Me separé de Andrés".
Luego de dos años de relación, la modelo cuenta: "Tuvimos un cortocircuito y hasta hace unos días se trataba de un impasse. Veníamos tratando de recomponer, pero hoy estoy sola". Y agrega: "Andrés y yo vamos a adorarnos para siempre. Tenemos un cariño indescriptible que va a durar toda la vida".
Sobre cómo se dieron las cosas, Breque afirma: "Fue un error de él poner tantas cosas de nuestra vida privada en Twitter. Abrió la puerta para que la gente vea un montón de cosas que no tenían por qué ser públicas. Ibamos a solucionarlo en privado".
"No es fácil estar con Andrés. Es uno de los hombres más locos de la Argentina. Es básicamente un chico de 15 años. Me estresó con todos esos mensajes públicos que tenía que explicar... En esta relación las riendas las tuve yo. El se comporta como un niño emocionalmente".
La modelo decidió, entonces, borrar a su ahora ex pareja de Facebook: "Lo borré para cuidarlo. No se dio cuenta de que generaba un montón de presión. De atolondrado no puede con sus palabras: la gente no tiene por qué leer o saber si me pedía perdón o nada. Que todo el mundo se entere de nuestros mensajes privados fue una locura".
Micaela Breque también aclara los rumores de romance con el piloto Pablo Piumetto: "Jamás tuve nada con él". Y cuenta que la denominada "Miquifest", fue una provocación hacia Calamaro: "Pensé: 'Si se viene el cambio, bueno, que me encuentre bailando'. Está en mi esencia. Yo había dejado de divertirme".
Sobre las razones que la llevaron a alejarse de Calamaro, la modelo explica: "No es fácil estar con Andrés. Es uno de los hombres más locos de la Argentina. Es básicamente un chico de quince. Me estresó con todos esos mensajes públicos a los que yo tenía que salir a dar cataratas de explicaciones... Y en esta relación las riendas las tuve yo. Andrés se comporta como un niño emocionalmente".