Rodrigo Fernández se coronó como el último ganador de Gran Hermano y embolsó la nada despreciable cifra de 750 mil pesos. Sin embargo, a tan sólo un año de la final del reality, revista Pronto encontró al joven en Punta del Este… ¡haciendo dedo!
En malla y ojotas, Rodrigo enfrentó las calles esteñas para ver si alguna alma caritativa lo acercaba hasta las playas de Montoya o Manantiales. “Es el primer verano que vengo a Uruguay, y me re gustó la ciudad. Me entretiene hacer dedo, nunca antes lo había hecho y nos matamos de risa viendo a ver quién nos sube. ¡Es divertido!”, afirmó el joven entrerriano.
Con el dinero del premio, Fernández se compró un departamento en el coqueto barrio de Palermo y, durante el 2012, se dedicó a estudiar teatro y actuó en la obra Herencia compartida. Además, planea llevar a sus papás, Eduardo y Ana, y a su hermana de vacaciones a Playa del Carmen, México, en Semana Santa.
Un hombre que maneja las finanzas ¿a la perfección?