Divorcio es, en la mayoría de los casos, sinónimo de escándalo. Y en el micromundo farandulero vip, no es la excepción.
Además del reparto millonario de bienes, los superfamosos suman a la traumática experiencia de separarse, unas buenas dosis de excentricidad. Este parece ser el caso de Tom Cruise y Katie Holmes.
Por petición de Tom, y acaso para cuidar su imagen de eterno seductor, su ex no puede iniciar una nueva relación y hacerla pública, por el lapso de un año y desde la separación inmediata de la pareja.
En realidad, al claúsula apunta a la confidencialidad absoluta de Kate si quisiera tropezar nuevamente con los hilos del amor. Si así fuera, deberá ingeniarse para que ningún paparazzi atrape alguna imagen suya "comprometedora". Algo así como deberle a Cruise un año plus de fidelidad... Mientras que el muchacho, en tanto, podrá seguir haciendo de las suyas sin muchos filtros.
Lo que aún no trascendió es el resarcimiento que deberá cumplir Holmes si se le escapara de las manos algún affaire. En contraprestación, se especula, la bella actriz recibiría el suculento botín divisorio sin limitaciones por parte del actor.