Hombre de medios, pero sobre todo hombre de familia, Adrián Pallares (50) cuida su intimidad como pocos. "Yo hablo de la vida de los demás. Toda la vida traté de ser lo más respetuoso posible, jugar con quien quiere jugar y no meterme en lugares donde la gente no quiere que uno se meta. Pero también es lógico que quieran hablar de mi vida. Eso es así. O que si me mando una macana me la quieran refregar en la cara todo el tiempo que puedan", reflexiona Pallares sobre su labor periodistica.
¿Pero quién es el hombre que por momentos le pone el freno a Jorge Rial antes de que "desbarranque", pero que en otros le mete fichas al conductor de Intrusos para que explote? Está casado con Cecilia hace casi 20 años, a quien conoció en la UBA, cuando ambos cursaban la carrera de Comunicación Social, y con quien es padre de Mía (17), Sol (14) y Ema (12). Junto a las mujeres de su vida Adrián disfruta de “ver series o películas de superhéroes”, aunque lo que más goza, casi como un desahogo terapéutico, son sus asados gourmet. “El asado para mí es todo un plan en sí mismo. En esta cuarentena innové mezclando carne con morrones y huevo”, admite a Ciudad el periodista que pasó de ser el ladero de Viviana Canosa a convertirse en el cómplice ideal de Rial.
"Empecé de casualidad en el periodismo de espectáculos. Hice las inferiores de lo que se hacía en los 90. Empecé a estudiar Comunicación Social porque cuando estaba en el secundario el periodismo me entretenía. Trabajé en un periódico barrial, una radio trucha, hacía colaboraciones, hacía lo que podía".
Con un poco de vergüenza por su coquetería, también revela su estricta rutina de ejercicios adaptada a los tiempos de pandemia: “Hago mi clase de gimnasia con mi entrenador de forma online, aunque me de pudor decirlo. Ahora que se puede, de vez en cuando salgo a correr por los parques de Palermo después de Intrusos. Tengo 50 años y quiero mantener el envase que me tiene que dar de comer por lo menos otra década. Como me gusta comer tanto y no voy a dejar de comer, hago gimnasia”.
Como pocos, Pallares trabajó como periodista en gráfica de oficios que ya ni existen, hizo radio clandestina, probó suerte como emprendedor al frente de dos sitios de noticias de espectáculos, y hasta trabajó una década en teatro. De todo eso habla Adrián Pallares en una entrevista íntima con este sitio, en la que se explaya en detalle sobre la peculiaridad de ser íntimo amigo de Ángel de Brito, algo que no logró en los casi ocho años que lleva junto a Jorge. Además, contó la vez que tuvo que ir a declarar a los tribunales de Comodoro Py, su hora más oscura, qué piensa de las conflictivas salidas de Luis Ventura y Marcela Tauro de Intrusos y mucho más.
-¿Cómo arrancaste en el periodismo de espectáculos?
-Empecé de casualidad en el periodismo de espectáculos. Hice las inferiores de lo que se hacía en los 90. Empecé a estudiar Comunicación Social porque cuando estaba en el secundario el periodismo me entretenía. Trabajé en un periódico barrial, una radio trucha, hacía colaboraciones, lo que podía. Hasta que entré a trabajar en la revista Alegría de música tropical, primero como atendedor, después como corrector, por las cosas de la vida fui coordinador del área de fotocromía. Me acerqué al periodismo porque era el redactor publicitario de los avisos, mientras hacía cosas ad honorem. Y lo primero que hice grande fue con Laura Ubfal en La Linterna, los sábados en radio Del Plata, y al tiempo empecé a comentar series que daban en canales de cable. Me busqué el nicho porque Laura comentaba las películas. De ahí me fui a Magazine con Marisa Brel a hacer los estrenos de la semana de cine, y ahí conocí a Ángel de Brito, que era columnista como yo y Daisy May Queen.
"Fui administrador en teatros de Carlos Rottemberg durante 10 años. Coincidió con el tiempo que estuve con Viviana Canosa. (...) Y en mi primer encuentro en el hall del Tabarís con Gerardo, Sofovich me miró y me dijo “ahora sos tropa propia”. ¡Me dio un miedo! Pero nos llevamos divinamente".
-¿Ahí pegaste el salto con Viviana Canosa?
-En 2005. Estaba trabajando María y buscaban a alguien nuevo. Fui a una entrevista, que fue la más corta y la que me iba a cambiar la vida. Salí del teatro vestido de traje, y me dijeron que parecía un viejo, y yo les dije que era como estaba. Pero me preguntaron tres cosas y a la semana estaba debutando con los premios Martín Fierro que los transmitía por primera vez Canal 9. Fue un arranque genial.
-En la tele suelen mencionar que trabajaste en teatro. ¿Qué hiciste en teatro?
-Fui administrador en teatros de Carlos Rottemberg durante 10 años. Administré el Lorange, que ahora se llama Apolo, el Tabarís, el Liceo y el Ateneo. No todos al mismo tiempo, pero en el 2001 estuve con el Ateneo, Tabarís y el Lorange, cuando estaban todos los teatros cerrados y había una crisis de verdad... Estaban cerrados y no por pandemia sino por la situación económica. Ahí empecé a trabajar con Rottemberg, con quien algunos años antes ya había trabajado como productor de La Linterna, un programa en Canal A. Nunca había hecho el trabajo de administrar un teatro, pero me habían despedido de ATC en 2001 y trabajé ahí hasta 2011.
-¿Cómo fue la convivencia como admnistrador de teatros y tu labor periodística en TV?
-Cuando me dieron a administrar el Tabarís, que había sido iglesia evangélica durante 10 años, se reabrió y Gerardo Sofovich era el director artístico. Fue cuando debutó El champán las pone mimosas, el exitazo con Flor de la Ve. En ese entonces, Gerardo estaba muy amigo de Jorge Rial, y yo trabajaba con Canosa. Y en mi primer encuentro en el hall del Tabarís con Gerardo me miró y me dijo “ahora sos tropa propia”. ¡Me dio un miedo! Pero nos llevamos divinamente. Mi arranque fue viniendo del lugar enemigo, pero después las vueltas de la vida hicieron que Gerardo se hiciera más amigo de Viviana.
"Yo estaba en el medio cuando se armaron los escándalos de Florencia de la Ve, Nazarena Vélez, también en Nos somos santas. Pero nunca llevé un chisme del teatro a la tele. Yo eso lo cuidaba mucho y era un lugar difícil".
-¿Viviste muchos escándalos desde adentro?
-¡Claro! Yo estaba en el medio cuando se armaron los escándalos de Florencia de la Ve, Nazarena Vélez, también en Nos somos santas. Pero nunca llevé un chisme del teatro a la tele. Yo eso lo cuidaba mucho y era un lugar difícil. Después, estuve en el Liceo con actores más serios si se quiere, estaba en re quilombos, pero la gente no sabía nada. Con la revista se enteraban igual porque eran un grupo de chicas que se encargaban ellas de pasar todo, no necesitaban que yo le cuente nada a nadie. En No somos santas estaban Nazarena, Eliana Guercio, Mónica Farro, Andrea Estévez… ¡Teníamos unos quilombos tremendos en ese escenario! Yo no necesitaba abrir la boca, y no lo hacía porque mi trabajo era el teatro, no sabía cuánto iba a durar en televisión. En el escenario tuve desde Fernando Peña a Susú Pecoraro, pasando por Elena Roger haciendo Piaf, además de las chicas de Gerardo. ¡A Aníbal Pachano cuando todavía no había entrado en el circuito del Bailando! Por eso conozco mucho a todos desde otro lado.
-¿Cuál fue la figura con quien más padeciste trabajar?
-Fernando Peña. Lo que tenía de brillante en el escenario lo tenía de difícil debajo. Era muy peleador, llegaba al teatro los domingos a las 17 hs. cuando la función era a las 20. Así que durante tres horas peleaba contra el mundo. Con los años, lo tuve varias veces y en dos teatros distintos, nos entendimos y nos llevamos muy bien. Pero costó.
"El famoso que más sufrí en teatro fue Fernando Peña. Lo que tenía de brillante en el escenario lo tenía de difícil debajo. Era muy peleador, llegaba al teatro los domingos a las 17 hs. cuando la función era a las 20. Así que durante tres horas peleaba contra el mundo".
-¿Disfrutaste trabajar en teatro?
-Sí, pero en algún punto era muy esclavo porque es hasta muy tarde, en vacaciones de invierno es todo el día. Me gustó mucho esa historia porque era una suerte de portero de lujo, porque manejaba, contaba llevaba toda la guita, pero de pronto me venían a decir que no había papel higiénico en el baño. Era el último en irme, controlaba que todas las puertas estuvieran cerradas. Ahí tuve interacción con los famosos, los conocí en las tardes de domingo cuando no estaban de tan buen humor, en un fracaso y en el éxito. Y también me sirvió que no soy cholulo de los famosos, no tengo ningún tipo de admiración extrema por los famosos ni nada por el estilo. Los conocí, está todo bien, pero cada uno en su lado. Creo que solo me sacaría una foto con Diego Maradona.
-Casi que estás hecho de teflón, trabajaste con todos los grandes, incluyendo a Lucho Avilés, y te llevás bien con todos.
-No sé si soy de teflón, tengo lo mío, no soy un santo. He tenidos buenos compañeros y buenos vínculos. Bueno, hoy con Canosa no, pero con Ángel de Brito soy amigo. A Laura Ubfal le tengo muchísimo afecto y agradecimiento. Yo fui productor de Ángel cuando La Linterna fue programa en ATC, ahí afianzamos una parte. Después, hicimos Los Profesionales de siempre, pero nos afianzó muchísimo una temporada que hicimos en 2006 en Mar del Plata, cuando compartimos un departamento Ángel, Rodrigo Lussich y yo. Nos acuchillábamos o nos hacíamos amigos, y pasaron 14 años y estamos acá.
"Con Ángel de Brito y Rodrigo Lussich nos afianzó muchísimo la amistad una temporada que hicimos en 2006 en Mar del Plata, cuando compartimos un departamento. Nos acuchillábamos o nos hacíamos amigos, y pasaron 14 años estamos acá".
-¿Te divierte que en los sitios hagan notas de tus bloopers, comentarios o cruces?
-Nada que ver. Me da pudor, soy bastante para adentro. Ya bastante se dice de uno sin que uno hable como para uno abrir la puerta o contar más cosas de las que tendría que contar. No me gusta involucrar a mi familia porque ellos no tienen la culpa del trabajo que tengo. Obvio que me gusta estar en Intrusos. Te pone una luz sobre la cara que no te pone ni pondrá otro programa, está a la altura de los programas de Marcelo Tinelli, salvando las distancias. Pero es tremendo, un reflector tremendo y yo entré en un momento de revolución, porque todavía estaba Luis Ventura, Cora Debarbieri, Marcela Baños, Daniel Ambrosino, y yo venía del programa rival.
-¿Cómo te llevás con Jorge Rial?
-Yo conocí la mejor versión de Jorge en sus 35 años de carrera, es un gran compañero, muy generoso conmigo por haberme dejado a mí de reemplazo. Mostró una gran generosidad. Él es natural. Si bien es ocho años más grande que yo, tenemos vivencias similares de la infancia y es un monstruo que de un papelito hace una historia. Es un tipo del que se aprende mucho, y no digo que sea mi amigo porque es difícil ser amigo de los jefes, pero tenemos muy buena relación. En momentos de situaciones personales recurrí a él. Solemos hablar más allá de lo que pasa en el trabajo, en charlas en las que estamos solos. Es una persona con la que da gusto trabajar más allá de todos los grises que pueda tener la historia profesional de todos. Todo lo que pasa al aire, pasa ahí, no lo hablamos antes. De pronto se me da contradecirlo, o él blanquea que yo bostezo al aire. Calculo que eso le divierte a la gente.
"Yo conocí la mejor versión de Jorge Rial en sus 35 años de carrera, es un gran compañero, muy generoso conmigo por haberme dejado a mí de reemplazo".
-¿Llegaste a tener discusiones fuertes con él?
-Sí, y todas se vieron al aire porque tenemos opiniones muy encontradas en muchas cosas. Cuando yo empecé a trabajar en Intrusos, Marcela Baños me dio el mejor consejo, porque venía de trabajar con Viviana, que era enemiga de Jorge y de Luis Ventura, y encima yo era maradoniano en un momento en que casi no se podía nombrar a Maradona a 50 cuadras del canal, era pupilo de Laura Ubfal, que tampoco se llevaba bien con Rial… Y Baños me dijo que ninguno de mis amigos era amigo acá, ¡porque encima soy amigo de Ángel de Brito! Así y todo, encontré mi lugar.
-¿Y a raíz de eso mantuvieron una relación distante o tensa?
-Recuerdo que una vez me fui del grupo de WhatsApp de Intrusos. No me acuerdo bien que pasó. Pero a los tres días Jorge me volvió a agregar y después de eso no volvimos a hablar de lo que había pasado. Seguro que fue algo que pasó al aire y que no me gustó, que siguió la charla en el grupo y me fui para no terminar insultando. Fue hace tipo un año. Pasa que yo juego al personaje de opinar en contra de los demás, muchas veces no tan convencido.
"Tengo la misión de convencerlo con los invitados que son más difíciles, porque sé que Jorge no va a querer que lo lleve, y yo soy el que lo convenzo".
-¿Hay un chat paralelo de Intrusos?
-Eso no lo voy a contar en esta nota...
-¿Cuál es tu trato con Jorge fuera del aire?
-Tengo la misión de convencerlo con los invitados que son más difíciles, porque sé que Jorge no va a querer que lo lleve, y yo soy el que lo convenzo.
-¿Qué personajes no quiere Jorge?
-No lo voy a decir ni en curda, ja. Pero a veces hay personajes que siente que son muy menores, que atraviesan un tema, Jorge me mira con cara de que 'no' y yo le digo que son solo 10 minutos y que capaz que pican. Y la verdad es que él me da el gusto en esos casos. Nos pasa mucho porque yo prefiero las historias a los personajes, como la herencia maldita de los Mitre. Pero a Jorge le encantan las internas de la televisión. Por suerte la pegué muchas veces, ser productor periodístico da mucho vértigo, miedo, pero tuve más golazos que erradas. Igual Jorge tiene un gran ojo, porque con las internas de los canales después uno se puede salpicar con su propio canal por reclamos gremiales. Por ejemplo, cuando vino Marcela Coronel por los 20 años de Intrusos habló del problema con Denise Dumas en Hay que ver, y nos decían que nosotros no hablábamos de Marcela Tauro. Pero hablamos todos. Y fueron situaciones diferentes, pero la gente lo quiere emparentar y lo revolea.
"Yo estaba en El Nueve, un día fui a poner el dedo en el molinete y me dijeron que podía entrar más y me echaron. Así que la vida es así y no hay que confundir el laburo con la vida personal y las relaciones personales".
-¿Crees que Jorge Rial es un divo? Quizá por debajo de Marcelo Tinelli...
-Sin dudas Jorge es un divo. Es un showman, está a la escala de Jorge Lanata. Ellos son personajes por sí mismos. Su vida personal y su mirada de todos los temas le interesa a la gente. Además, generan polémicas. Sin dudas Rial es más celebridad que la mayoría de los que entrevista en Intrusos.
-¿Cómo viviste la salida de Luis Ventura de Intrusos?
-Con Luis compartí mucho menos que con Marcela, pero él es un gran compañero de trabajo y fue un sacudón. Igual, yo estaba hacía un año en Intrusos cuando pasó todo lo de Luis y miraba todo medio desde afuera porque no entendía lo que pasaba. Siempre mantuve un muy buen vínculo con Luis luego de su salida, siempre fue muy amable. Nunca tuvimos problemas. Me dolió que se fuera, me parecía que Intrusos era un equipo muy consolidado, pero yo no conocía el trasfondo de lo que pasaba.
-¿Qué te pasó cuando se fue Tauro?
-Me hubiera encantado que todo siga como estaba. Seguimos teniendo vínculo y en estos siete años que coincidimos en el programa compartimos muchas cosas, como eventos familiares, ir a la comunión de su hijo... Yo la extraño a Marcela. Hablé con ella en el momento en que pasó todo, cuando terminó y por suerte sigue en América y está en el programa de Alejandro Fantino. Es una figura re importante. Pero son cosas que pasan en los trabajos. Yo estaba en el nueve, un día fui a poner el dedo en el molinete y me dijeron que no podía entrar más y me echaron. Así que la vida es así y no hay que confundir el laburo con la vida personal y las relaciones personales.
"Hoy en tiempos de covid es difícil pensar de sumar más gente a la mesa. Pero sí me gustaría que este año volvieran por un mes tal vez cada una, Marcela Baños, Analía Franchín, Cora Debarbieri, Marcela Coronel".
-De haber sido vos el responsable del programa, como de hecho muchas veces lo sos al reemplazar a Jorge, ¿cómo habrías resuelto el conflicto con Marcela?
-No tengo idea, no sé ni cómo fue la resolución de los conflictos. Fue algo que pasó entre Marcela, Jorge y el canal. Como dijo Marcela ella prefería que ninguno de nosotros opináramos de eso y soy respetuoso de lo que ella nos pidió.
-¿Crees que con la salida de Marcela Tauro y la sola presencia de Débora D'Amato, a Intrusos le hacen falta otra mirada femenina?
-Hoy en tiempos de covid es difícil pensar de sumar más gente a la mesa. Pero sí me gustaría que este año volvieran por un mes cada una, Marcela Baños, Analía Franchín, Cora Debarbieri, Marcela Coronel. Pero no por el género, porque son profesionales valiosas y son parte de Intrusos. Como productor periodístico me gustaría tenerlas a todas de vuelta.
"No fui empresario de medios. Con Rodrigo Lussich hicimos una página que fue un golazo. Le pusimos mucha pimienta y lo que tenían, y es que estaba escrita y atendida por sus dueños, que éramos dos personas conocidas y eso tenía otro valor".
-Como productor periodístico de Intrusos, ¿cómo cambió tu forma de trabajar en el contexto de la pandemia?
-Yo creo cada vez más en los temas y menos en los personajes. Y ahora todo se reduce a las redes sociales. Para bien o para mal, esas serán nuestras fuentes, donde cada famoso muestra y cuenta lo que quiere.
-¿Cómo evaluás tu apuesta como empresario de medios como editor general de dos diferentes sitios de noticias de espectáculos?
-Ja, ja. No fui empresario de medios. Con Rodrigo Lussich hicimos una página que fue un golazo, como RatingCero y después con TeleBajoCero no nos fue tan bien. Le pusimos mucha pimienta y estaba escrita y atendida por sus dueños, que éramos dos personas conocidas y eso tenía otro valor. Pero eso no me convirtió en empresario de medios porque no se gana un peso con los sitios. A nivel satisfacción personal fue hermoso, a los dos meses, de la noche a la mañana se convirtió en referente de la farándula porque tuvimos la primicia de Guillermina Valdés hablando por primera vez como novia de Marcelo Tinelli, en medio del escándalo con Sebastián Ortega. La hice por teléfono un sábado a la noche y las revistas que todavía salían los martes tuvieron que cambiar todo porque nos tuvieron que levantar y citarnos como fuente. En 2012 fue el escándalo de Moria con las joyas y Rodrigo estaba en Paraguay, y también fue cuando se murió Blanca Vicuña Ardohain y dimos la sensación de medio grande porque de casualidad también Rodrigo estaba en Chile con data desde ahí. Al principio fuimos Lussich y yo escribiendo todo, y con Chiche Gelblung que nos dio la infraestructura, y más tarde contratamos redactores.
-¿Y cómo llegaste a Infobae?
-Un día fuimos con Rodrigo Lussich a hablar con Daniel Hadad sobre TeleBajoCero y terminamos contratados... ¡van a hacer dos años ya!
"Cuando fue el conflicto con Canosa salí indemne porque sabía lo que estaba pasando, y no me peleé con ella ni con mis compañeros ni los contradije. Y al mes y medio ya estaba en Intrusos. Ese fue mi momento más complicado de la carrera".
-¿Cómo ves a tu amigo De Brito al frente del Cantando?
-Me gusta, me gusta la dupla que hace con Laura y se lo dije. Es muy difícil hacer ese trabajo de big show. Está haciendo algo diferente a lo que haría Tinelli y está claro. Es una gran oportunidad para él, me alegra que un compañero pueda laburar y hacer eso.
-¿Cómo es la relación de amistad y competencia con él? ¿Consultan temas o chequean información?
-Esas cosas no las voy a contar. Pero cuando uno es amigo, es amigo. La tele es el trabajo. Obvio que si uno tiene una primicia absoluta no lo cuenta. El día que yo logré la nota con Guillermina Valdés estaba tomando mate en la casa de Ángel. Ahí me llamó María Calatayud (N del R: la jefa de prensa de Ideas del Sur y ahora Laflia) para avisarme que Guillermina iba a dar la nota. Entonces, cuando terminé de hablar le dije que me tenía que ir y me fui sin decirle que tenía la nota, porque él en ese momento estaba en Ciudad y yo con Viviana. Me fui aferrado al teléfono sabiendo que a la media hora iba a hacer la nota con la mujer que buscaba todo el mundo porque me iba a confirmar que estaba con Tinelli. Yo no le hablo antes de LAM ni él me habla antes de Intrusos. Nos mensajeamos a la noche o si tenemos ganas de chusmear hablamos por teléfono. Ángel es como lo ven. Yo también soy muy amigo de Rodrigo, mi socio y con quien ahora volví a trabajar, y también de Marina Calabró. Esos son mis amigos del medio. Con Marina tengo una relación casi diaria de mensajes de texto.
"Yo me siento un conductor que trabaja de panelista. Pero soy conductor, por más que a la hora de la verdad uno necesita que un gerente confíe en uno".
-¿Cuál fue tu peor momento?
-Cuando fue el conflicto con Canosa (N del R: por los despidos de todos los panelistas del programa) salí indemne porque sabía lo que estaba pasando, y no me peleé con ella ni con mis compañeros ni los contradije. Y al mes y medio ya estaba en Intrusos. Ese fue mi momento más complicado de la carrera. Hubo un montón de gente que me decía traidor porque me fui a Intrusos, como Ricardo Fort, pero yo nunca me había peleado con Jorge ni me había metido en sus peleas con Viviana. Sin pensar jamás que trabajaría con él.
-Algunos famosos se ofenden y amenazan con dejar todo en manos de sus abogados… ¿Vos tuviste juicios con famosos?
-Sí. Con Nito Artaza cuando Cecilia Milone dijo que fue pareja de él, en tiempos en que además estaba casado con Cecilia Oviedo. Nito después desistió de la demanda. Era contra Viviana Canosa, el programa Los Profesionales de siempre, y los periodistas. Fue la única vez que recibí una carta documento. Nos reclamaban una locura de plata, como medio millón de pesos de hace 14 años. Era un delirio. Nito y Cecilia estaban enojadísimos y hasta fui a declarar a los tribunales de Comodoro Py.
-¿Cuál es tu anhelo profesional a futuro?
-Me gustaría tener mi propio programa en televisión abierta (N del R: en 2018 fue conductor de Quién sabe más de los famosos, los sábados por la noche en América). Yo me siento un conductor que trabaja de panelista. No me siento panelista, primero porque soy periodista y me siento conductor que hace de panelista, y que juega un rol en un programa. Soy más yo en Sábados de 22 a 24 en A24 con Claudio Zin y Luis Rosales hablando de temas médicos, o al menos siendo el presentador con los médicos sin saber del tema, que a veces en algunos momentos en Intrusos.