A fines del año pasado, Marina Calabró (39) oficializó su separación de Martín Virasoro tras cinco años de amor que se materializaron en el mejor regalo de su vida, su hija, Mía. Pisando los 40, la panelista de Infama deslumbra con sus curvas peligrosas y se entregó a una sensual producción con Ciudad.com, en la que sacó a relucir su costado más erótico.
"Ahora los hombres se permiten más el lance. Tengo más propuestas. Quizá el que antes te cruzaba en el pasillo y te decía un piropo, ya te invita a salir. Se animan un poco más".
Sin complejos, Marina afirma sentirse cómoda con su cuerpo y los logros que ha conseguido. En una entrevista intima, habló de esta nueva etapa, su imagen de come-hombres, los cuidados para mantener su figura y las ganas de volver a enamorarse.
-¿Cómo te sentís con tu cuerpo?
-Supongo que cómoda es la palabra, no tengo mucho rollo. Obviamente me cuido porque tengo una edad en la que o dejás que la ley de gravedad haga estragos o tratás de amortizar lo más posible el paso del tiempo. Hay que tratar de sobrellevarlo de la manera más digna posible.
-¿Cómo te cuidas?
-Soy muy metódica. No hago dieta porque tengo tendencia a perder peso. Soy muy dulcera y me pierden los chocolates, pero no soy una gran sibarita, como para vivir. Hago mucha gimnasia, tres veces por semana desde hace 15 años con la misma profesora, Mariela Batista. Ella me vio casarme, separarme, tener a Mía, volver a separarme. Además, uso un aparato de electrodos casero, me los pongo en la cola y en la panza en las horas muertas en las que veo tele.
"No estaría mal tener alguien con quien ir al cine un sábado. Lo más parecido a un novio de la adolescencia".
-Resaltás mucho el tema de la edad, ¿te acompleja el paso del tiempo?
-No sé si es una preocupación, es una expresión realista. Tengo 39 años, entonces... bueno, una trata de estar ubicada en tiempo y espacio y sé que los cuidados físicos son mayores que a los 20. No tengo rollo con la edad, llegaré a los 40 con algunas cosas ya resueltas. Tuve a mi hija, hice las carreras que quise hacer, trabajo de lo que me gusta. Creo que no ha sido malo el tiempo conmigo.
-¿Te harías alguna operación?
-Me hice las lolas después de tener a Mía, cuando ella tenía un año y medio. Fue para volver a lo que era, porque cuanto tuviste lolas y de repente no tenés más, te sentís rara. No me hice nada más. A veces me río de los comentarios en los blogs que dicen que me hice la cola, ja, ja, ja. Pero parezco Silvina Luna negándolo. No reniego de eso y si uno lo hace con un buen profesional, es válido. No me gustan las mutaciones que veo en las chicas, son tan jóvenes y tan lindas que se arruinan y se terminan agregando años. Como decían las abuelas, lo perfecto es enemigo de lo bueno.
"¡No te voy a dar nombres de quiénes me hicieron propuestas! Ya sabemos quiénes son los 'lanceros' del medio", dijo entre risas.
-¿Sentís algún cambio desde tu separación de Martín?
-La verdad que no, para nada. El cambio más sexy venía desde antes, no tiene que ver con la separación. Tampoco es algo con lo que me enrosque mucho. Lo mío no es una pose. En algún punto te cambia el día a día, pero no lo interpreto como una liberación porque con Martín teníamos una relación bastante independiente. Sí obviamente hay espacios que se recuperan y es como que hay más libertad porque uno no rinde cuentas.
-¿Sentís que los hombres te miran más?
-No, no sé... Lo que pasa es que Infama me ha dado mucha exposición. Creo que ahora los hombres se permiten más el lance, no lo voy a negar. El hecho de estar comprometida los inhibía un poco, de repente te decían algún piropo, pero quedaba ahí. El hecho de que hayan pasado unos meses y esté blanqueado, hace que sí, obviamente tenga más propuestas. Quizá el que antes te cruzaba en el pasillo y te decía un piropo, ya te invita a salir. Se animan un poco más. Los hombres perciben que pueden tirarse un lance sin estar en falta. Se han relajado un poco más.
"De Hollywood, siempre me gustó Andy García y de acá, pobre, a Osvaldo Laport lo tengo de punto. Viviana (Saez, su esposa) me debe odiar, pero es en el sentido de la idealización. ¡Hombres casados o en pareja, abstenerse! Morocho, grandote, fornido, medio 'laporteano'".
-¿Y te hacen muchas propuestas en el canal?
-Digo del canal porque te podés cruzar con alguno que va de invitado a algún programa.
-Entonces, sí.
-Ja,ja, ja... ¡No te voy a dar nombres! Ya sabemos quiénes son los “lanceros” del medio, ja, ja, ja. Digo los pasillos del canal porque ahí y en mi casa son los lugares en los que más estoy.
-¿Y te cuesta volver a la soltería o lo vivís como algo natural?
-Por un lado, recién ahora que pasaron un poco más los meses, una empieza a pensar en la posibilidad de. También esto de conocerte con alguien a veces es tedioso. Sentarte con alguien y decirle: “Esta es mi vida, dos puntos”. Por ese lado, estoy un poco vaga todavía, y después porque evidentemente no se ha producido la magia. El que manifiesta interés, no te interesa. Quien te interesaría, no manifiesta interés, el desencuentro típico de la vida. Todavía no se han alineado los planetas.
-¿Pusiste una pared infranqueable?
-No sé, la verdad es que no lo sé. Por ahora no ha sido franqueada, recién ahora empiezo a pensar, no en un noviazgo o una pareja que son como palabras muy grandes. Pero con la almohada pienso que no estaría mal tener alguien con quien ir al cine un sábado. Sin rótulos, sin exigencias, sin presiones, sin grandes compromisos. No estaría mal, o alguien a quién contarle cómo estás. Lo más parecido a un novio de cuando éramos adolescentes. Estoy pensando en voz alta. Hoy no siento la necesidad de un compromiso o algo formal. Pero ir a cenar con alguien, qué se yo... Alguien con quien se dé la magia de querer estar los dos.
"Me siento cómoda con mi cuerpo. Hago mucha gimnasia, tres veces por semana desde hace 15 años".
-Si se da, ¿te gustaría tener otro hijo?
-Creo que son decisiones muy abstractas, hoy te diría que no, pero el amor es tan revolucionario y tan transformador que no te puedo asegurar que no. Cuando uno está enamorado, la perspectiva cambia. Hay un componente que tiene que ver con la generosidad y con que el otro también sea feliz y pleno.
-¿Hay algún famoso que te "ratonee"?
-De Hollywood, siempre me gustó Andy García, soy muy fiel a mis gustos. El que me gusta de ahora me gusta por siempre. Y de acá, pobre, a Osvaldo Laport lo tengo de punto. Viviana (Saez, su esposa) me debe odiar, pero es en el sentido de la idealización. Es el galán que me gustó desde los 15 años y que me remite a la adolescencia. No quiere decir que yo lo quiera conquistar. ¡Hombres casados o en pareja, abstenerse! Morocho, grandote, fornido, medio “laporteano”. Que me acuerde, nunca un rubio, ja, ja, ja. No digo que se abstengan tampoco, ja, ja, ja. No limitemos tanto las opciones que me voy a quedar para vestir santos.
Fotos: Maxi Didari
Producción: Lola Levit
Peinó y maquilló: Cristian Rey
Agradecimientos: Casa Umare (www.casaumare.com - Billinghurst 362), Virgenes de BA, Luciano Marra, RH Positivo y Soberbia Lingerie.