Con su tradicional look, sus famosos mohines en escena y a caballito de una sucesión de hits, el cantante británico Rod Stewart ofreció anoche un muy buen concierto en el estadio del Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), en su quinta visita al país, que además incluyó una exclusiva cena show el pasado miércoles, en el complejo Costa Salguero.
Una impactante puesta en escena, un cuidado especial en el vestuario y una soberbia banda, integrada por 13 personas, fueron algunos de los pilares sobre los que se apoyó el legendario vocalista de origen escocés para conquistar a una entusiasta audiencia de alrededor de 20 mil personas.
En una hora y media de show, Rod Stewart repasó sus grandes éxitos, reconocibles incluso para aquellos que ni siquiera son fans, pero que crecieron en los '70 y '80s escuchando distintas emisoras radiales musicales, en un recorrido en el que además dio cuenta de sus variadas influencias.
Pasadas las 21.30, un conjunto de gaitas y una reconocida melodía de una antigua publicidad de cigarrillos, entre otros motivos sonoros, dieron lugar al ingreso de la banda, ataviadas las mujeres con vestidos dorados cortos con flecos, que recordaban a la Tina Turner de los años '6o y los hombres con trajes con sacos a cuadros blanco y negro, que abrió la noche con Soul finger.
Acto seguido, vestido de manera similar a los hombres de la banda, aunque con un saco dorado, hizo su ingreso el cantante, quien de inmediato sumergió a los presentes en los primeros años de los `80 con el lascivo Infactuation.
La andanada de hits continuó con la festiva Having a party, el cover de Creedence Clearwater Revival Have you ever seen the rain y Ryhthm of my heart, mientras en las diversas pantallas de fondo del escenario se sucedían imágenes de la ceremonia de octubre pasado, cuando fue nombrado Sir.
En medio de este primer tramo del show, que incluyó además Some guys have all the luck, Tonight`s the night, Forever young y Downtown train, hubo cambios de vestuario, rotación de instrumentos, una invitación a brindar por parte del cantante para celebrar que era viernes a la noche, y pasajes con diversos solos, entre los que destacó un set de baterías.
"Es una noche romántica, una noche para el sexo", dijo el cantante al invitar a la audiencia, que hasta el momento había vivido el show de pie, a que se siente a disfrutar el momento relajado del concierto.
La fiesta total y las clásicas poses del cantante llegaron con la disco Do you think I`m sexy, que junto con Baby Jane marcaron el final.
Como bis quedó la balada Sailing, una suerte de bálsamo que le permitió al artista despedirse de un exaltado público, que pudo retirarse feliz de haber visto todas las facetas posibles del inoxidable dandy del rock.
Fuente: Telam.