El sábado por la tarde, cuando Pablo Pérez fue a jugar la final de la Copa Libertadores, terminó sufriendo una úlcera por cuerpos extraños en su ojo izquierdo, luego de que le impactaran esquirlas de vidrio en el ataque de un grupo de hinchas de River al micro de Boca, a 5 cuadras del Monumental. Su compañero Gonzalo Lamardo sufrió el mismo problema, en su ojo derecho. Al momento de la barbarie, Marcelo Tinelli se escandalizó por Twitter: “¡Qué vergüenza todo! Piedras al micro, gas pimienta, jugadores heridos, barras y Policía enfrentándose en la entrada al estadio. ¡Bochornoso!”.
Con el mismo nivel de indignación, el lunes el vicepresidente de San Lorenzo se expresó en la red social después de escuchar el testimonio del capitán xeneize ante los medios, al salir del Sanatorio Otamendi, adonde fue revisado por tercera vez: “Pablo Pérez otra vez en la clínica. Que alguno piense en los jugadores, por Dios. ‘Si me sacaban un ojo, nadie se hacía cargo’. ‘Salimos con la ambulancia del estadio y nos seguían tirando piedras’. Mi solidaridad absoluta con el plantel de Boca, salvajemente agredido”.
Por otra parte, Pablo Pérez hizo catarsis respecto a la postergación de la final de la Copa Libertadores: "No puedo jugar en una cancha donde me pueden matar. ¿Cómo voy a ir a jugar a una cancha que no brinda seguridad? ¿Y si ganamos y damos la vuelta en su cancha? Me matan”.