El croissant es un símbolo de la pastelería francesa, famoso por su delicada textura hojaldrada y su inconfundible aroma a manteca. Con su exterior dorado y crujiente, y su interior suave y aireado, este clásico es perfecto para cualquier momento del día.
Ingredientes
700 g de harina 0000.
300 g de harina 000.
100 g de azúcar.
20 g de sal.
20 g de levadura fresca.
500 cc de leche entera.
Empaste
450 g de manteca.
Procedimiento
1) En un bowl grande, hacer una corona con ambas harinas, colocar la sal en los bordes, desmenuzar la levadura en el centro del volcán y diluirla con la leche a temperatura ambiente junto con el azúcar.
2) Formar la masa y amasar hasta que quede lisa.
3) Estirar la misma en un rectángulo de 50 x 30 aproximadamente y colocar la manteca en uno de los extremos previamente estirada y encuadrada entre dos papeles film de 30 x 20.
4) Hacer una primera vuelta simple y llevar al frío por dos horas.
5) Y realizar otro vuelta simple. Y a las 2 horas otra vuelta más. Total 3 vueltas simples.
6) Dejar descansar la masa toda la noche y al otro día estirar la masa a 3 mm de grosor y cortar los triángulos para formar los croissant.
7) Enrollar y colocar sobre una placa, dejar fermentar hasta que doble su volumen.
8) Llevar a horno moderado por 20 minutos.
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