Los scones clásicos son un ícono de la repostería británica, conocidos por su textura suave por dentro y crujiente por fuera. Perfectos para acompañar una taza de té, su sabor ligero y delicado los convierte en el acompañante ideal para cualquier momento de descanso.
Ingredientes
400 g de harina 0000.
Una cdta de sal fina.
20 g de polvo para hornear.
60 g de azúcar.
100 g de manteca.
Un huevo grande.
150 g de crema de leche.
60 g de yogur
natural.
Un huevo batido para pintar.
Procedimiento
1) En un bowl amplio, colocar la manteca fría junto con harina, sal, polvo para hornear y azúcar.
2) Hacer un arenado con la punta de los dedos o con un batidor de alambre.
3) Por otro lado, mezclar sin batir la crema junto con el yogur y el huevo.
4) Unir ambas preparaciones e integrar sin amasar demasiado.
5) Bajar la masa a la mesada y estirar a 2 cm de espesor, replegar sobre sí misma como haciendo un doblez, volver a estirar a unos 3 cm de espesor y cortar con cortapasta de 6 cm de diámetro.
6) Colocar en placa enmantecada, pintar con huevo batido, espolvorear con azúcar y hornear a 200º durante 18 minutos.
7) Acompañar con queso blanco y mermelada de frutos rojos.
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