Hollywood, extraterrestres, el oportunismo del espectáculo y el espanto de cara a lo inexplicable interactúan entre sí en "¡Nop!", el tercer largometraje del ganador del Oscar Jordan Peele, un intrigante thriller psicológico de ciencia ficción que puede verse desde hoy en salas locales y con el que el realizador renueva sus ambiciones cinematográficas y su fresca mirada sobre los géneros de terror y fantasía.
Después de cautivar a la crítica y a las audiencias en 2017 con su genial ópera prima, "¡Huye!" -que le valió un premio de la Academia como guionista-, el estadounidense regresa con un nuevo capítulo en su carrera como cineasta, uno que se desmarca de la temática centralmente racial pero que conserva el espíritu crítico sobre la violencia, la desigualdad y otros vicios sociales que lo destacó en el mapa.
Para este nuevo proyecto, Peele -que escribe y produce además de dirigir- tomó inspiración de dos de sus mentadas influencias en el rubro: Steven Spielberg, con su clásico "Encuentros cercanos del tercer tipo" (1977), y M. Night Shyamalan, a través de la recordada "Señales" (2002), dos retratos sobre el impredecible choque entre alienígenas y humanos.
A esos climas tan fascinantes como escalofriantes frente a lo desconocido y a sus arquetipos de siempre se suman ahora el desafío de la gran escala con escenarios inmensos, una leve pero constante dosis de humor satírico y la referencia directa sobre la industria del cine. Una conjunción de elementos que ofrece una novedad por parte del también actor y comediante, que alcanzó la fama una década atrás con Keegan-Michael Key gracias a su ciclo de sketches "Key & Peele".
"Mi idea era hacer una gran película de ovnis, una película de horror sobre platillos voladores, pero yendo mucho más allá, logrando la quintaesencia del género, que es laborioso y difícil porque tiene un lienzo enorme que hay que tener en cuenta, el cielo. Y dentro de ese género solemos aplicar maravillosas cualidades a alguna civilización extraterrestre avanzada, pero ¿y si la verdad es mucho más simple y oscura de lo que podríamos imaginar?", explicó Peele en declaraciones a la prensa internacional.
La pregunta es el disparador de esta historia situada en el sur californiano, en las áridas cercanías de Los Ángeles. Es el desolador valle donde los hermanos OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald Haywood (Keke Palmer) intentan mantener a flote el negocio familiar, un rancho de entrenamiento de caballos para el cine y la televisión, heredado luego de la muy misteriosa muerte de su padre, Otis (Keith David).