Con Gael García Bernal en el rol protagónico y una estética que homenajea al clásico cine de monstruos de los 30 y los 40, el especial "Hombre Lobo por la noche" llega a la plataforma Disney+ para echar luz sobre el costado menos transitado de la propiedad intelectual de Marvel.
Tras más de una década de decenas de películas, y ahora también de series, que adaptan las tramas de los superhéroes de los cómics, la compañía que dirige Kevin Feige aprovecha la temporada de Halloween -que en EEUU y otras latitudes se celebra cada 31 de octubre- para llevar a la pantalla a uno de esos personajes de la franquicia que solo conocen los fans más fervorosos de la historieta.
Se trata de Jack Russell, cuyo origen en las páginas puede rastrearse hasta los 70 y es un caza monstruos él mismo afligido por una maldición familiar que lo convierte en Hombre Lobo cuando hay luna llena. La trama sigue a este hombre en su llegada al Templo Bloodstone, tras la muerte del líder de un grupo secreto de cazadores de monstruos.
Allí están sus "colegas" de oficio y Elsa (Laura Donnelly), la hija de Bloodstone, distanciada por años de su padre que volvió a reclamar lo que le corresponde.
Inspirado en los climas y estéticas del cine de monstruos que tuvo en los estudios Universal de los 30 y los 40 a Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo, La Momia y varios más, el especial de Marvel propone un filtro blanco y negro, hasta con las típicas quemaduras del fílmico que los espectadores veían cuando se hacía el cambio de rollo.
El experimento, de 52 minutos, funciona como un atractivo y ameno escape de la sobreabundancia de los superhéroes; una cápsula aislada del omnipresente universo Marvel sin mayores pretensiones de profundidad.
Si también funciona como un test y "Hombre Lobo por la noche" se despliega más adelante con serie o película propia, eso estará por verse. Algo es seguro: Disney siempre tiene un as bajo la manga y el contrato a una figura como García Bernal no puede no tener una cláusula que abra la posibilidad de volver.