Lizzo rompió el silencio y se defendió de lo que calificó como las acusaciones "increíbles" de tres exbailarinas de su equipo, que la denunciaron por supuesto acoso sexual y crear un ambiente de trabajo hostil.
En un mensaje en las redes sociales la intérprete de "Truth Hurts" explicó que los últimos días han sido "difíciles de forma desgarradora" y "abrumadoramente decepcionantes" para ella.
"Mi ética de trabajo, moral y respeto fueron cuestionadas", lamentó la artista, quien agregó que normalmente no suele responder a "alegaciones falsas", pero que en esta ocasión las acusaciones son tan "increíbles" y "escandalosas" que no quiere dejarlo pasar.
"Estas historias sensacionalistas provienen de exempleadas que ya han admitido públicamente que durante la gira se les dijo que su comportamiento era inadecuado y no profesional", precisó Lizzo.
Las exbailarinas de su equipo que la denunciaron alegan que la cantante hizo comentarios sobre el aumento de peso de una de ellas y añadieron que experimentaron otros episodios de acoso sexual, religioso y racial durante su estancia en la compañía.
Lizzo indicó en su comunicado que como artista se toma sus actuaciones y su música de forma muy seria, y que esta pasión por lo que hace suele venir acompañada de "trabajo duro y estándares altos".
"Algunas veces tomé decisiones duras, pero nunca es mi intención hacer que nadie se sienta incómodo o que no es valorado como una parte importante de mi equipo", dijo.
Agregó que no quiere ser vista como una víctima pero tampoco como "la villana" que afirma que la gente y los medios retrataron en los últimos días.
"Soy muy abierta sobre mi sexualidad y expresándome -continuó-, pero no puedo aceptar ni permitir que la gente utilice esa apertura para que me hagan pasar por algo que no soy".