Jeffrey Epstein: asquerosamente rico es una serie documental de cuatro capítulos que Netflix estrenó el pasado 27 de mayo en su plataforma. La producción cuenta con la participación de investigadores, funcionarios, periodistas y abogados, pero su gran fuerte son los testimonios de las víctimas de abuso por parte de Epstein.
El multimillonario, cuentan en el primer capítulo,tenía una mansión en Palm Beach (Florida), un rancho en Nuevo México y lujosos departamentos en París y Nueva York. Además, era dueño de su propia isla, la Little St. James y de varios helicópteros y aviones privados. Y si bien los orígenes de su dinero son difíciles de explicar, su fortuna le abrió la puerta a un mundo lleno de poder, lujo, celebridades y, lamentablemente, impunidad.
A través de los relatos de las mujeres que fueron víctimas de abuso por parte de Epstein, muchas de ellas siendo menores, se logra dar cuenta del funcionamiento de una red, prácticamente piramidal, a través de la cual muchas jóvenes, en general vulnerables, eran atraídas, abusadas y tentadas a conseguir nuevas víctimas a cambio de dinero.
A pesar de los rumores que circulaban por ese entonces, su fortuna y sus contactos lograron mantener a Epstein, durante mucho tiempo, libre de cualquier tipo de consecuencia por sus actos. Cuando finalmente se llevó a cabo el juicio, en el que el acusado se negó a declarar, un arreglo con el secretario de trabajo de ese entonces, Alexander Acosta, le permitió pagar por los terribles crímenes que cometió con apenas 18 meses de prisión con privilegios.
Durante su estadía en prisión, y luego de que surgieran nuevas pruebas en su contra, Epstein apareció muerto en su celda. Las autoridades caratularon este hecho como un suicidio, pero hay quienes creen que se trato de un homicidio. De hecho, hace pocos días, Anonymous, el conocido grupo de hacktivistas, aseguró que fue el mismísimo Donald Trump el que lo mandó a matar por temor a verse involucrado en el escándalo.