Generalmente, cuando los famosos se ven acorralados por su propia realidad, suelen confundir el blanco e intentan "matar al mensajero". En estos casos, lo más simple es depositar el odio en los periodistas y no en conflicto real.
Ya sea por ingratitud, ignorancia o falta de experiencia, las figuritas suelen morder la mano que les dio de comer. En el caso de Adabel, el enemigo no es Rial. Es ella misma.
El último caso de este síntoma es el de la escandalosa relación entre Adabel Anahí Guerrero Melachenco y su hermano Emiliano. El año pasado, el familiar de la vedette había sido detenido en La Plata cuando intentaba robar un auto con la ayuda de un cómplice. El muchacho de 33 años, con antecedentes delictivos, fue demorado en la madrugada del 19 de marzo del 2010, en la capital de la provincia de Buenos Aires, de donde es oriundo. La Policía lo encontró en el interior de un Fiat Spazio que no era suyo. Un mes después, mediante un juicio abreviado, Emiliano Guerrero y su cómplice fueron condenados a un año y medio de prisión efectiva, culpables del delito de hurto automotor en "grado de tentativa".
Hasta ahí, el episodio fue meramente policial. Pero cuando el hermano de Adabel recuperó la libertad, se mediatizó, a partir de la entrevista en vivo que realizó en Intrusos. Allí, Emiliano comenzó un raid mediático, y en pocas horas se convirtió en el tema de todos los programas. Tanto es así, que el tema terminó, como no podía ser de otra manera, en la pista de Bailando 2011, donde trabaja su hermana.
Adabel es, sin dudas, una de las tres mejores vedettes de este país. Su formación artística es impecable, pero su historia de vida es durísima. Un padre ausente, una madre muerta por cirrosis y un hermano adicto que salió a los medios a acusarla de prostitución, salir con narcos y apropiarse de una casa, entre otros temas "menores".
"Lo que más me duele es que vengo cargando con una historia familiar muy triste y tengo años de terapia para superar esto. Me entristece ver a mi hermano hablando de mí, las cosas que dice, cuando es lo único que me queda de familia. Igual lo perdono porque tengo un amor incondicional por él", aseguró ella ante la prensa.
Sin embargo, la polémica se acrecentó cuando Adabel decidió que el "culpable" de toda esta situación era un programa de televisión... cuando toda la TV, en su conjunto, se refirió al tema. Guerrero no tenía la mejor de las relaciones con el ciclo de América desde junio de este año, cuando tras negarse a dar detalles de su paso por ShowMatch por un tema de exclusividad (tenía que cumplir con los programas de El Trece), Jorge Rial la invitó a retirarse y dio por finalizada la nota.
Nadie puede dudar de su talento y esfuerzo por llegar a la cima. Lo que le falta es un buen manager. Alguien que la aconseje y no le queme la cabeza en momentos difíciles.
Días atrás, luego de la aparición de su hermano, la vedette dijo frente a las cámaras de Intrusos que ellos la dañaban intencionalmente y que le daban cabida a cualquiera que hablaba "boludeces". Y aquí yace el real conflicto que tienen muchos famosos de este medio: pensar que la prensa es el enemigo. Esos mismos periodistas que le permitieron hacerse famosos y ganar fortunas por mes, pasan a ser una lacra cuando las noticias no son favorables. Ni siquiera estamos hablando de inventos, sólo de hechos que los tienen como protagonistas.
A veces por ingratitud, otras por ignorancia y en algunos casos por falta de experiencia, las figuritas suelen morder la mano que les dio de comer e intentan dar clases de periodismo a los especialistas. En el caso de Adabel, el enemigo no es Rial. Es ella misma.
Nadie puede dudar de su talento y de su esfuerzo por llegar a la cima, que seguramente lo logrará si no sigue mordiéndose la cola. Lo que le falta, ya que artísticamente tiene todo y es una de las más calificadas de nuestro medio, es un buen manager. Alguien que le aconseje el camino a seguir, que no le queme la cabeza en momentos difíciles.
Trabajar de ofendida es fácil para muchas, ser primera figura es algo que sólo muy pocas logran.