Una semana atrás comenzó la nueva edición de Gran Hermano. El ciclo cosechó muy buenas mediciones de audiencia. En la primera gala, conducida por Jorge Rial, logró incluso superar a Telefe. En su segunda gala, promedió 8.3 puntos de rating, un número que América no veía hace mucho tiempo en su prime time. Los debates conducidos por Pamela David duplicaron en rating al ciclo que conducía Viviana Canosa. También lograron ganarle a Bendita.
Los demás ciclos de la programación también se nutrieron del reality y lograron mejorar sus cifras. Este miércoles, Alejandro Fantino hizo un especial sobre GH y festejaba al aire "estar todo el tiempo arriba de los 7 puntos", por lo que la semana próxima repetirá la estrategia. También Desayuno Americano, Infama, Intratables y América Noticias usaron fragmentos de Big Brother para nutrir sus rutinas.
Si bien el envío es muy costoso para los presupuestos de América, esta primera semana fu mucho más que satisfactoria por los resultados. Tanto Telefe como El Trece no se vieron afectados por la llegada de la famosa casa. Sin dudas, el principal herido es Canal 9.
Sin embargo, más allá de todos estos logros, el gran problema del ciclo está afuera de la casa y se llama Victoria Vannucci. La ahora empresaria de lencería llegó al debate después de una intensa negociación y a las pocas horas se fue todo al demonio. Vannucci fue acusada de homofóbica por sus compañeras y por varios colegas de la emisora. Sus dichos sobre Valeria Licciardi (la concursante trans y activista ) sirvieron para que todos descarguen dados sobre la Sra. Garfunkel. Y este hecho menor no sólo impulsó a Victoria a abandonar en vivo el ciclo (con su lujoso sillón), sino que la convirtió en el eje del programa. Sin querer, este escándalo ocupó el centro de las miradas, y fue el único tema vinculado al reality que atravesó los muros de América, y llegó masivamente a otros medios.
Con la flamante renuncia, Ideas del Sur le propuso reconsiderar su participación en Bailando 2015. En marzo, Vannucci había recibido la propuesta, la cual rechazó porque estaba a full con el lanzamiento de su línea de lencería erótica.
Ahora, más allá de los detalles, Victoria aportó mas reality que Gran Hermano en sí mismo. Las interesantes historias de los 15 participantes quedaron opacadas por un silloncito, algunos intercambios twitteros, un abandono en vivo y los aires de diva de VV.
En conclusión, si alguien externo capta más la atención que los verdaderos protagonistas, he aquí un gran problema.