"Pasaron 40 años. hoy tengo una vida tranquila y perdoné a Susana", me contó Pelusa Monzón en El Diario de Mariana. La entrevista, en la previa del reestreno de La Mary, película donde nació el amor entre la Diva y el Campeón que destruyó a la familia del santafesino, reveló varios secretos de una historia apasionante.
"Tengo un cariño especial por ella. Susana me pidió perdón públicamente y eso no lo hace cualquiera. Eso fue bueno porque yo cerré un capítulo de mi vida y ella también. Nunca vi La Mary ni la pienso ver. No me interesa verla porque es muy fuerte".
Esta apasionante historia y muchos otros secretos del boxeador se convertirán en un libro que se editará el próximo año, al cumplirse 20 años de la muerte de Monzón.
En agosto de 2005, la diva le pidió disculpas al aire a Mercedes Beatriz García, alias Pelusa, por haber tenido un affaire amoroso con Carlos Monzón mientras estaba casado. Aquella noche le dijo: “Perdón, Pelusa, nunca quise hacerte sufrir”. Diez años después, el primer amor de Monzón contó cómo es hoy su vida, dedicada a evangelizar y ayudar a víctimas de violencia de género y adictos al alcohol y las drogas.
La historia de amor comenzó en Buenos Aires. Ella era mucama y sus patrones tenían familia en Santa Fe. Cada fin de año iban a pasar las fiestas allá, y fue entonces cuando conoció a un joven lechero, de 19 años (ella tenía 15), y aunque el flechazo no fue inmediato, comenzaron a frecuentarse, hasta ponerse de novios.
“Él era muy atractivo, simpático y mujeriego; y yo lo acepté tal cual era. Nos enamoramos porque teníamos historias muy parecidas, y ambos sufrimos de chicos con nuestros padres. Por eso hoy quiero ayudar, porque tuve la suerte, gracias a Dios, de poder salir adelante”, relató Pelusa. Su historia incluye un padre con problemas severos con la bebida y dos hermanos que se suicidaron. Con el boxeador se casaron por Iglesia en Nuestra Señora de Lourdes. Se fueron a vivir a la casa de la madre de Pelusa, y con el tiempo pudieron hacer un rancho de barro, construido por el padre de Carlos Monzón. El seguía siendo lechero mientras entrenaba como boxeador amateur. Al tiempo se fue a Brasil a pelear y junto algo de dinero y con esa casa compraron sus primera casa de material: "Yo picaba ladrillos y el hacía de albañil", recuerda entre risas. Mientras tanto el seguía trabajando como lechero, vendía flores y ajo, y también hacia changas como albañil.
"Yo era muy celosa y él, también. Yo venía de un hogar violento”. La simpática mujer recuerda que en una oportunidad lo vio con otra mujer y disparó un par de tiros "para asustarlo". Resultado: tuvo que ser atendido en una clínica.
Luego, con el título del mundo, comenzó a ingresar más dinero a la familia y consecuentemente también cambiaron algunas costumbres: "Cambió todo. Cuando nunca tuviste nada y ahora tenes todo, es terrible. Nos separamos por la filmación de "La Mary". Una vez viajé a Buenos Aires para comprar ropa antes de viajar a Italia y vi la revista Gente: "EL ROMANCE DEL AÑO. SUSANA GIMÉNEZ Y CARLOS MONZÓN". Me vine llorando, estuve 8 meses encerrada, deprimida, y ahí tome la decisión de separarme, y nunca más fuimos pareja".
"Jamás dejó de venir a ver a sus hijos. Era un buen padre. Aún lo sigo amando, nos llevábamos mejor de separados. Fue mi mejor amigo. La última charla fue en casa, una semana antes del accidente, él soñaba con salir y poder trabajar en Europa, tenía muchos proyectos”, me detalló.
"Lloré mucho cuando me enteré lo que pasó con Alicia Muñiz, pero no quiero hablar de eso porque tengo ocho nietos y ellos no conocen la historia. Estoy en contacto con Maxi (hijo de Muñiz y Monzón) y charlamos telefónicamente y nos visitamos varias veces. Él me decía que no se acordaba de nada. Que tenía como una nube blanca", me agregó.
Esta apasionante historia y muchos otros secretos del boxeador se convertirán en un libro que se editará el próximo año, al cumplirse 20 años de la muerte de Monzón.