Querida Norma Pons:
Serás inolvidable para todos los que tuvimos la suerte de conocerte. De chico, te veía por la tele acompañando magistralmente . Luego, en 2003, tuve el placer enorme de compartir con vos muchas horas en Canal 9. Siempre alegre, siempre tan teatral.
Por esas casualidades de la vida, nos tocó encontrarnos en el subsuelo del canal, en la sala de maquillaje. Todos los mediodías nos cruzábamos y nos reíamos frente al espejo, comentando las noticias del día, la actualidad del país y los temas picantes de la farándula. Mientras te preparabas para tus personajes de La Peluquería de los Mateos, yo repasaba las rutinas de Los Profesionales de Siempre.
En esos momentos de previa, compartías generosamente conmigo varias secretos de vida: amores, desengaños y traiciones, y ya luchabas por el reconocimiento como actriz dramática. Por supuesto, y en tu honor, seguirán siendo secretos.
Poco tiempo después, llegó la gran consagración teatral. Te fui a aplaudir en Vengo por el aviso, Operación JA JA Recargada (tu última revista), en Cocinado con Elisa, en Secretos entre Mujeres, en Las Chicas del Calendario, en Cash, en 8 mujeres y, este año, en lo que sería tu despedida a lo grande: La casa de Bernarda Alba. Hoy, seguramente te estarás burlando de todos los hipócritas que hablan de tu trayectoria, pero que jamás pisaron un teatro para verte.
Siempre estuviste presente cada vez que te convoqué para venir a mi programa BDV. Cada una de esa entrevistas tuvieron mucha repercusión, mucho antes de estas últimas temporadas tan mediáticas. Siempre me llamó la atención tu picardía y, al mismo tiempo, tu humildad.
Recuerdo como si fuera hoy cuando en el año 2009 me pediste en un corte que te presentara a Ricardo Fort (yo trabajaba con él, en ShowMatch). Tenías mucha ilusión de actuar en sus obras. En ese entonces, me dijiste con esa voz arrabalera: "Angelito, haceme el favor de contactarme, quiero hacer de la mamá de Ricardo en Mar del Plata". Pero no pudo ser, ya habías firmado para otra comedia y no quisiste incumplir tu palabra con el productor. La última vez, que viniste a mi programa, recordamos el episodio y lo señalaste como una asignatura pendiente. A pesar de estar haciendo un Lorca, no despreciabas el género popular. Porque precisamente eras eso: una estrella popular.
Nuestras últimas charlas fueron ese día en BDV y en el almuerzo de Mirtha Legrand. Recuerdo que nos cruzamos en la. Puerta del estudio y me contaste lo "nerviosa que estabas por la reconciliación con la Chiqui". Jorobamos en los cortes y al aire también, con tus momentos tensos con Mirtha y con Sofovich. Hablamos en la pausa, del Bailando y de cómo sería tu participación.
"Yo voy a ser una gran segunda de Tinelli, Como lo fui de Gasalla y de Sofovich. Yo sé ser segunda. Lo voy a volver loco en las previas. Me voy a divertir como loca y me los voy a comer crudos a todos", me dijiste. Todo con humor y con buena onda, llena de ilusión y de proyectos teatrales. Con la ingenuidad de la principiante, y las espaldas del enorme oficio.
En plena consagración, ¡te despido con mi recuerdo eterno y mi aplauso interminable!
Que en paz descanses, querida Norma Pons.