En estos días se confirmó la realización de una nueva edición de Gran Hermano para los próximos meses en América. El lunes próximo empieza ShowMatch, programa al que muchos van a consolidar o comenzar una carrera acompañando como bailarines a destacadas figuras. Sin embargo, las promesas de fama suelen quedar en el camino. La fama duele y cuesta cara, y el reality no parece ser el mejor camino.
Expedición Robinson, Gran Hermano, Popstars, El Bar, Operación Triunfo, Bailando, Soñando por bailar, La Voz, Escalera a la Fama, Celebrity Splash, Cuestión de Peso, El conquistador del fin del mundo, High School Musical, Perdidos en la tribu / en la ciudad, Viviendo con las estrellas, Talento argentino, Quién quiere casarse con mi hijo, Super M, La Playa, La oportunidad de tu vida, El artista del año, El candidato de la gente, Reality-Reality, Camino a la gloria y Confianza ciega, son sólo algunos de los ciclos que ocuparon la pantalla en los últimos 15 años. Miles de horas destinadas a personas que buscaban la salvación (económica o artística) en un medio difícil inclusive para el que tiene herramientas profesionales.
La variedad de contenidos es enorme, pero el resultado es el mismo: nada.
Lo dieron todo y vencieron, dentro del microclima. Se ilusionaron con la magia de la televisión que todo lo puede, y vivieron las mieles del éxito, pero todo eso duró un suspiro. Podrían haber sido Susan Boyle o David Bisbal, pero no. Son contadísimos los casos de los famosos exitosos que permanecen en el ambiente. Muchos de ellos pasaron nuevamente por otros realities o protagonizaron bochornosas temporadas teatrales, o programas televisivos con poco vuelo. Sin embargo, hay otros que no se consagraron campeones de los concursos y sin embargo pudieron permanecer: Silvina Luna, Pamela David, Alejandra Martínez, Ximena Capristo, Gustavo Conti, Andrea Rincón, Florencia Tesouro, Josefina Pouso, Barby Franco, Santiago Almeyda, Soledad Fandiño, Maria del Cerro, entre otros. Pero no es la historia de la mayoría, y esto es un fenómeno mundial. La tele les presta fama por una rato, y luego los devuelve al anonimato.
¿Alguien recuerda a los ganadores de Operación Triunfo, Talento Argentino, Escalera a la Fama o La Voz? ¿Qué fue de la vida de los ganadores de Expedición Robinson, El Bar, La Playa, El candidato de la gente o Perdidos en la tribu? ¿Y lo campeones de Gran Hermano?
¿Qué fue de los tan populares participantes? ¿Donde están Claudio Basso, Gustavo Jorducha, Andrea del Valle, Eleonora González, José García, Benjamín Rosales, Marcelo Corazza, Juan Ignacio Silva, Celeste Montanari, Cristian Mercatante, Diego Leonardi, Federico Blanco, Diego Plotino, Máximo Sacca, Carolina Chiapetta, Pablo Heredia, Roberto Parra, Natalia Fava, Tamara Paganini, Luis Alberto Biondi, Jessica "Osito" Gómez, Viviana Colmenero, Nelson John, Gustavo Corvalán y tantos otros centenares de fugaces figuras?
Muchos sobreviven mientras el rating acompaña, y no tienen que empeñarse en luchar para darse a conocer y ser brillantes para lograr la atención del público. Pero en un momento, el cuento de hadas se desvanece.
La fama puede pasar, la formación quizás colabore para permanecer, y el talento indudablemente es un buen as bajo la manga. Pero a veces, ni siquiera todo eso alcanza…