"¿Cómo van a decir que pido permiso para abrir la heladera o entrar a su cuarto? No pueden ser tan sinvergüenzas (por su ex peluquera, que habló en los medios), Viviana es una gran hija y no tengo ninguna queja. Tengo adoración por ella".
Fue su peluquera, su panelista en la radio y en la tele; y hasta su confidente. Sin embargo, un día la relación entre Lizy Tagliani y Viviana Canosa terminó: "Eramos como hermanas. Compartíamos todo, teníamos mucha confianza, hacíamos todo juntas. Terminamos discutiendo cuando se muda de departamento. Le cocinaba, le manejaba el auto, le hacía el color y me encerraba en la cocina como a un hamster, no me dejaba mover de ahí. Me rebajó de hermana a mucama, nunca lo entendí. Fue de un día para otro, sin decirme nada. Todos se van de su vida sin explicaciones. Un día nos acusó de un robo (de un pantalón blanco) a sus tres asistentes, y ese fue el final de nuestra relación. Yo nos soy chorra, ahí me fui. Yo era su esclava, pero eso no lo toleré", reveló la peluquera en BdV (Bien de Verano).
Pero el momento más polémico de la nota fue cuando la estilista se metió con la familia Canosa. Más precisamente con su madre, quien tras ver la nota, me llamó indignada para contar su historia y contradecir todo lo relatado por Lizy.
La mama de Viviana Canosa se llama Mirta (ama de casa) y está casada de toda la vida con José, carnicero jubilado. El matrimonio Canosa vivió muchos años en el barrio de Saavedra, donde criaron a sus tres hijas. La menor de ellas, es la famosa conductora.
Según las revelaciones de Tagliani, el vínculo madre-hija no era normal: "La única familia que le conozco es a su mamá y su papá. Yo hay cosas que no haría con mi madre, es una relación extraña. Ella (la madre) no podía pasar a su cuarto y pedía permiso para abrirle la heladera. Ella se considera una reina, y piensa que alguien le hizo la vida imposible para que no pueda ser como Susana Giménez".
"Yo a mi hija le hago las compras y la ayudo con su vestuario, porque está cansada de que le roben. Ella confía plenamente en mí y es muy generosa. Tengo una extensión de su tarjeta y jamás me controla nada. El año pasado nos regaló a mí y a su padre un viaje larguísimo para recorrer Europa con todo pago".
Tras escuchar esto, la madre de la conductora me llamó una vez terminado el programa y me dijo: "Angelito, necesito hablar con vos para descargar mi bronca. Vos me conocés y la conocés a mi hija. ¿Cómo van a decir que pido permiso para abrir la heladera o entrar a su cuarto?", arrancó muy enojada.
"Esto me angustió y me hizo subir la presión. Viviana es un sol, yo voy tres veces por semana a su casa y jamás le pido permiso para nada. Incluso, me acuesto en su cama a ver tele con Tila y Negrita (sus perras). Hoy estaba viendo tu programa y entiendo las críticas porque son parte de lo mediático, pero esto me superó", me confesó con la voz entrecortada.
"Yo a mi hija le hago las compras y la ayudo con su vestuario, porque está cansada de que le roben. Ella confía plenamente en mí y es muy generosa. Tengo una extensión de su tarjeta y jamás me controla nada. El año pasado nos regaló a mí y a su padre un viaje larguísimo para recorrer Europa con todo pago. El otro día le dije que quería meterme en Internet, y enseguida me regaló un Ipad. No pueden ser tan sinvergüenzas (por su ex peluquera), Viviana es una gran hija y no tengo ninguna queja. Tengo adoración por ella", finalizó su descargo.