Dueña de una historia de vida que parece de película, Práxedes Candelmo puede relatar en primera persona lo que es atravesar el abuso, la discriminación y las situaciones al límite que vivió cuando cayó en la prostitución, para luego renacer de sus cenizas y comenzar de nuevo, de cero.
“Curo mis propias heridas mientras ayudo a otros a que también cierren las suyas y se levanten”, le dijo a revista Gente la mujer que fue abusada sexualmente a sus 13 años por el DT Héctor “Bambino” Veira (hecho por el que cumplió una condena de once meses en la cárcel de Devoto), cuando se llamaba Sebastián.

“Pude contarla”, aseguró quien se hiciera conocida mediáticamente como Malena y hoy, a sus 46 años, es Práxedes. Aunque en el Hospital Argerich, donde se desempeña como enfermera de cuidados críticos desde hace cinco años, la llamen “Praxis”.
Después de tanto sufrimiento, Candelmo aseguró que prefiere no recordar las cosas que más le duelen de su infancia, que de todos modos señaló como “lo más hermoso de su vida”.
“Curo mis propias heridas mientras ayudo a otros a que también cierren las suyas y se levanten".
“Igual, creo que mi valor está en el presente. Lo del 'quetejedi' (por Veira) es un tema del pasado y no me puedo quedar en el pasado”, dijo. Consciente del impacto que tuvo el abuso padecido en su momento, opinó que dicho episodio fue “culturalmente impactante en los '80”, al igual que su aparición televisiva. Sin embargo, Praxis aclaró que prefiere “quedarse con recuerdos de luz”.
“En todos lados fui discriminada”, aseguró Candelmo, que también fue estigmatizada en el ambiente sanitario en un primer momento. Pero a pesar de todo logró avanzar porque “hay una parte en la que el caos se adapta al caos”.
“Creo que el gay se adapta a todo. Ha sido duro, pero la contención de mis amigos me hizo - y me hace- salir adelante”.
“Creo que el gay se adapta a todo. Ha sido duro, pero la contención de mis amigos me hizo - y me hace- salir adelante”, aseguró. Y agregó: “No me hago la víctima, pero hay mucha gente de mi edad que sufrió mucho”.
“Hay algunos que se pueden reinventar riéndose de todo lo que pasó, y otros, como yo, que preferimos elaborarlo curando a la gente”, cerró.