Mañana se cumplirán seis meses de la muerte de Fernando Báez Sosa y sus padres no encuentran consuelo para tan tremenda pérdida. En diálogo con Infobae, Silvino y Graciela compartieron cómo viven estos días de profundo dolor, mientras esperan que se haga justicia.
"Estos seis meses fueron muy duros y creo que el resto de nuestra vida va a ser dura. No hay momentos buenos ni malos. Solo dolor”, dijo Silvino. Tanto él como su esposa aseguraron que desde la muerte del joven de 19 años se refugiaron en la fe cristiana.
Sin embargo, todavía se les hace muy difícil convivir con la tristeza: “Le pido a Dios que nos de fuerzas, que podamos sobrellevar este dolor y tener un poco más de paz. Hasta el momento, no la encontramos”, admitió el hombre.
“Le pido a Dios que nos de fuerzas, que podamos sobrellevar este dolor y tener un poco más de paz. Hasta el momento, no la encontramos”.
El hecho de atravesar estos momentos encerrados por la pandemia no ayudó en nada. Además de no poder rodearse de seres queridos, tampoco pueden viajar a Paraguay, donde viven sus familiares más cercanos.
“Me levanto con una tristeza terrible de no saber qué hacer y lloro. De un día para el otro se nos fue la alegría: estamos muertos en vida”.
Y Silvino añadió: “Cuando pase todo esto, esperamos poder volver a reunirnos con ellos. Necesitamos mucho de su soporte: nosotros estamos en un momento muy difícil y su apoyo sería muy bueno”.
Por ahora, ambos se aferran a los recuerdos felices y a la vida que tuvieron con Fernando.
“Todavía recuerdo cuando nació. Un bebé hermoso. Fue un chico muy esperado por los dos y con él hemos pasado los mejores momentos de nuestra vida", aseguró Graciela, emocionada.