El lunes 2 de marzo, Fernando Báez Sosa hubiera cumplido 19 años y sus seres queridos viven esta fecha tan especial con un dolor que intentaron poner en palabras en las últimas horas.
Primero, Julieta Rossi, su novia, le dedicó una extensa y conmovedora carta a través de las redes sociales, donde hizo hincapié en el pedido de Justicia y descargó su bronca contra los diez rugbiers imputados de matarlo a golpes en Villa Gesell.
Luego, Silvino Báez, padre de Fernando, habló en vivo con Nosotros a la Mañana: “Estamos yendo a visitarlo al cementerio, no es lo justo pero no me queda otra. Es el lugar en el que está ahora. Día a día es más duro, tenemos un dolor inmenso, bronca, hoy en especial que no está con nosotros. Nosotros tratábamos de cumplirle todos sus gustos, sus regalos. Cada día que pasa, nos sentimos más vacíos, tenemos a la familia que nos acompaña en todo pero a nosotros nos falta algo y es Fernando”.
"A esta hora mi mujer ya estaba preparando la torta, los sandwiches, cargando en el carrito las gaseosas para ir a festejar en la plaza con sus amigos. Él no pedía un salón o una discoteca"
“A esta hora mi mujer ya estaba preparando la torta, los sandwiches, cargando en el carrito las gaseosas para ir a festejar en la plaza con sus amigos. Él no pedía un salón o una discoteca, era un chico al que le gustaba estar al aire libre con sus amigos, sus compañeros. Es difícil ver a toda mi familia que nos viene a ver cada quince días pero Fernando no está. Nosotros tratamos de sobrellevarlo como podemos porque no tenemos otra forma; no tenemos consuelo”, agregó con dolor Silvino.
Cuando le mencionaron que su esposa Graciela y Julieta ya estaban en el cementerio donde descansan los restos de Fernando, el hombre aseguró: “Sí, estoy preocupado por eso y quiero ir a verlas porque el cementerio no es un lugar bueno. Ellas fueron más temprano, ahora vamos nosotros. Julieta es una chica maravillosa, lástima que no está el amor de su vida. Nos duele más a nosotros lo que le pasa a Julieta porque es una chica humilde, buena, siempre anduvo por casa y no sabemos ni cómo consolarla”.
"Vamos a ir a la misa que se hace en su honor y después a cenar algo con mi familia. Yo no sé ni qué gusto tiene la comida, como para sobrevivir pero no tenemos vida"
“Ella dijo que está enojada en su carta, ¿usted también?”, le preguntó un cronista. Y Silvino respondió: “Sí, tengo enojo, a mí me corre sangre por las venas. No te puedo decir otra cosa. Pero hasta que la Justicia no haga todo su trabajo, no puedo andar diciendo cosas que no debo”.
“En el cementerio voy a saludar a mi hijo, decirle que estamos de pie todavía, luchando hasta que se consiga Justicia por Fernando y por todos los chicos que necesitan Justicia. Pero la verdad es que a mí no me gusta ir al cementerio, voy atrás de mi mujer, a acompañarlos pero no me gusta ir. Creo que Fernando no está ahí”, dijo Báez.
Y cerró angustiado: “Vamos a ir a la misa que se hace en su honor y después a cenar algo con mi familia. Yo no sé ni qué gusto tiene la comida, como para sobrevivir pero no tenemos vida”.