Carolina Herrera propuso este lunes en la cuarta jornada de la Semana de la Moda de Nueva York una colección elegante y fiel a sus principios para el próximo otoño, con siluetas femeninas, estampados de flores y volantes que aportaban volumen a sus diseños.
En un amplio ´loft´ acristalado en lo alto de un rascacielos en el sur de Manhattan, la firma mostró casi 60 conjuntos que iban desde la combinación clásica de camisa blanca con pantalón o falda hasta sus solicitados vestidos largos para ocasiones especiales, todo con una sencillez trabajada.
Las celebridades son asiduas a las prendas de Carolina Herrera para sus eventos, algo que se notó en la presencia de figuras del entretenimiento como las actrices estadounidenses Demi Moore y Diane Kruger, los españoles María Pedraza y Jason Fernández o la cantante de origen mexicano Becky G.
También hubo respetadas modelos, como la rusa Irina Shayk, que lució un vestido con escote palabra de honor de color rosa palo estampado con peonías y adornado con cascadas de volantes en la cola, con maquillaje y peinado minimalistas, labios rojos y exagerados pendientes dorados.
Aparte de una serie de vestidos y faldas similares en rosa y morado con flores y volantes, la paleta de colores se centró en el blanco, gris y negro, con algunas piezas en amarillo chillón, otras totalmente cubiertas con lentejuelas doradas y plateadas, y telas de acabado refinado como el satén, el chifón o el tul.
Muchas de las prendas destacadas eran de color negro, como un sinuoso vestido ajustado largo de terciopelo, otro con un bajo estructurado que dibujaba una circunferencia perfecta, o un minivestido con hombreras en forma de globo.
También hubo prendas para el día a día, como una chaqueta gabardina de cuadros, un abrigo-capa de lana con flores bordadas, o un vestido de tejido tejano con lazada en la cintura, que lució la modelo de talla real Paloma Elsesser, que como es habitual era la única entre un conjunto de maniquíes extremadamente delgadas.
La marca está encabezada por el diseñador Wes Gordon desde hace seis años como director creativo, quien ha aportado una cierta modernización y ha logrado aumentar las ventas desde que Herrera le cedió las riendas, según informaba hoy el medio especializado Business of Fashion.
En sus notas sobre la colección, a la que no puso nombre, Gordon dijo estar “obsesionado con la búsqueda de la artesanía” y explicó que atraviesa una evolución en su “lenguaje del color” y que ha estado experimentando con la división de colores por bloques.