Juan Gil Navarro (38) tiene un perfil muy bajo, al menos dado la exposición que tiene actualmente en pantalla. Hasta hace apenas unos días, por aso, estaba en tres programas de Telefe muy exitosos: Graduados, La Dueña y Floricienta; en el caso de este último, desde ayer el canal comenzó a emitir la segunda temporada en la cual el actor ya no es parte. Pero, además, se luce cada noche en la obra Las Brujas de Salem.
De todos modos, su vida va a contramano de esta "vidriera". El galán se mantiene alejado de cualquier escándalo y su vida privada está lejos de los flases. En lo sentimental, está casado hace 7 años con Natalia y aún no tiene hijos. En una extensa nota con la revista Elle, se confesó y mostró su lado menos conocido.
"Nunca sentí atracción por las actrices. Tuve una relación de un año con Malena Solda, excelente colega y persona. Pero las dos veces que me casé fue con mujeres que estaban fuera del ambiente".
Sobre su papel en la tira que protagonizan Nancy Dupláa y Daniel Hendler, Juan contó en quién se inspiró: “Vi al inglés Ralph Fiennes haciendo de mayordomo gay de Susan Sarandon. También a Willem Dafoe que en El quinto infierno, donde interpreta a un detective que analiza los crímenes mientras escucha música clásica. Eran escenas que tenía en el imaginario”. Y añadió: “Además, como viví en zona norte, me encontré con algunos chetos que me miraron de costado, con desprecio por ser actor, como si fuese de una casta inferior. Entonces, aproveché y me vengué de todos ellos, hasta me puse un chicle en la boca para que fuera más inteligible lo que decía. Una pequeña venganza para aquellos que me trataron mal”, comentó con picardía.
En cuanto a las mujeres, Gil Navarro confesó algo que pocos conocían: “Nunca sentí atracción por las actrices. Tuve una relación de un año con Malena Solda, excelente colega y persona. Pero las dos veces que me casé, fue con mujeres que estaban fuera del ambiente”.
"Tengo una moto Triumph, una marca emblemática. Cada tanto me reúno con el club de motoqueros y nos vamos por ahí. El mes pasado viajamos a San Antonio de Areco, comimos un asado y volvimos".
Así, quitó el velo de su historia amorosa. El galán se casó por primera vez hace mucho tiempo, pero el matrimonio apenas duró dos años. Disfrutó su soltería hasta que conoció a su actual mujer y volvió a contraer matrimonio, sin miedos de reincidir en una separación. “¡Creí que era más transgresor volver a hacerlo! No tuve miedos. Esta vez estaba seguro de lo que hacía, la primera vez me casé por Iglesia y no me pareció interesante. Por eso, la segunda vez montamos como un ritual teatral, con poca gente, sólo con los que queríamos. No invitamos a nadie por obligación. Pero antes de reincidir, disfruté a full de mi soltería”.
“A mi mujer la conocí en Pol-Ka, era asistente de Fernando Blanco y Adrián Suar. Ahora es counseling. Se dedica a sanar con la palabra, me baja de muchas estupideces. Por ejemplo, a veces me agarran rabietas. Nati me devuelve a la tierra, me hace entender que estoy en un lugar de privilegio. Ella es maravillosa, me mejora desde muchos puntos de vista. Me enseñó a disfrutar, como el placer que sentimos al viajar. De hecho, parte de nuestro retraso de la paternidad tiene que ver con eso”, dijo Juan, ahondando en un perfil desconocido.
"Parte de nuestro retraso de la paternidad tiene que ver con el placer que sentimos al viajar. No sé si quiero criar un niño en Buenos Aires, con esta locura".
“No tenemos ni mascotas por ese tema. La mejor educación que uno puede recibir es viajar, entender el planeta donde uno vive. Por eso por ahora elegimos no tener hijos, hacemos oídos sordos a los mandatos sociales, elegimos no obedecerlos. No sé si quiero criar un niño en Buenos Aires, con esta locura. Tampoco me gustaría que sea un niño de country, de departamento o de shopping, y no quiero que crezca con miedo. Preferimos esperar. La pasamos bien juntos, queremos disfrutarnos un poco más, a solas”, aseguró.
Por último, el actor confesó su amor por las motos: “Tengo una moto Triumph, una marca emblemática. La tuvieron Marlon Brando, Steve McQueen y Paul Newman. La uso todos los días, con frío o calor; cuando llueve me pongo el traje de agua y salgo. Como es clásica no me deja guardar nada, así que llevo un morral con guiones y los documentos. Cada tanto me reúno con el club de motoqueros y nos vamos por ahí. El mes pasado viajamos a San Antonio de Areco, comimos un asado y volvimos. Cada vez me cuesta más moverme en auto, todo es mejor arriba de mi moto".