Marcela Feudale nos cita en un restó de esos bien coquetos de Palermo Hollywood, del que es habitué. Allí la conocen, saben qué le gusta almorzar y hay una mesa que la espera para la charla con Ciudad.com.
Se disculpa por un imperceptible retraso en el horario pautado, y con mucha amabilidad ofrece comenzar la charla, no sin antes preguntar si queremos almorzar junto a ella. Se pide una ensalada de hojas verdes, carne y sésamo, y una gaseosa light. Y comienza el ida y vuelta. Primero, con el grabador apagado. Pero luego llega el turno de poner play/rec.
-Desde hace unos años se te nota en un proceso de transformación. ¿A qué se debe?
-Moria (Casán) me invitó a tener una nueva experiencia en teatro y en 2009 me fui tres meses a Villa Carlos Paz con mis perros y mi mamá. Eso me permitió tener muchos ratos libres para mí. Viví en contacto con la naturaleza y después nos fuimos de gira. Todo lo malo se convertía en algo maravilloso. Cuando Moria me propuso subirme a las tablas, yo no lo había hecho nunca. Tuve un sofocón, pero después dije: "Por qué no". Si no lo hago ahora, no lo voy a hacer nunca. Me parecía un desafío y no me equivoqué. Es muy lindo tener a la gente enfrente y tener la devolución ahí. Me hizo sacar mucho lo creativo, soy medio artista... Yo me maquillaba, me peinaba, me vestía. Aprendí a hacer todo eso sola y a aplicarlo a la vida. Venía de un período complicado: la muerte de mi papá en 2004, el fallecimiento de mi abuela materna en 2006... Y mi abuela paterna murió ese verano que estuve en Carlos Paz. Se me desestructuró la vida de golpe y había que volver a armarla. Fue muy difícil. Yo vengo de una familia muy abroquelada. Fue un proceso dolorosísimo, pero después aprendí a disfrutar de la vida en sí. Todo es efímero. Ahora disfruto cada momento, ese fue el cambio, la transformación.
"Todos suponían que en la época de VideoMatch yo era intocable y nadie me ofrecía trabajo".
-¿Cómo eras antes y cómo sos ahora?
-A ciertos programas no les daba notas, estaba muy preocupada por la mirada ajena. Ahora no me importa, el de afuera puede pensar lo que quiera, lo que me importa es lo que pienso yo de mí. Antes, le tenía miedo a la crítica. Ahora disfruto, sé que todo es efímero, no pretendo tener una pareja para casarme… Y mucho tuvo que ver Moria en esto, se encargó de darme la patada inicial.
-¿Por qué se sabe tan poco de tu vida personal?
-Porque mi vida personal es mía (risas). Te voy a contar una anécdota: en mi primera nota para una revista me dijeron que muestre mi casa y no quise, después le consulté a Marcelo (Tinelli) y me dijo: ‘No seas tonta, mostrala, no te pongas al periodismo en contra’. Lo hice, pero no me gustaba, era muy reticente, no participé nunca de escándalos...
-Nunca se te conoció una relación amorosa…
-¡Es que tuve algunas relaciones que no eran presentables! Yo soy muy inestable a nivel amoroso. Soy muy exigente, entonces pido del otro cosas que… (se frena). Y eso hace fracasar la relación. Hoy encararía de otra manera algo más serio. Yo respetaba cómo quería que me viera la gente. Soy de la vieja escuela. He tenido novios que no he llevado a mi casa. A los 26 años, por ejemplo, pensaba que me quería casar, pero la realidad es que nunca me imaginé llegando al altar ni nunca programé tener un hijo con nadie. Mi relación más larga duró cuatro años. Es raro, pienso que tengo mucho que ver en este fracaso.
"Cuando bailé el Strip dance con los treinta y pico de puntos, aparecieron los amigos del campeón".
-No es un fracaso, ¿por qué lo llamás así?
-Sí, no sé. ¡A mí me encanta estar así! El momento de los primeros seis meses, es único. Me gusta estar enamorada. Después... (piensa, intenta explicarlo y justificarse) yo me doy cuenta que soy yo, más allá de que me hayan dejado, voy buscando algo para dar vueltas y que se termine. Por otro lado, soy muy romántica, extremadamente romántica, además me gusta disfrutar la sexualidad en pareja. También he estado largos períodos sola.
-¿Ahora estás sola?
-Ahora tengo un "va y viene" con alguien más chico... que no tiene 20 años, ojo.
-¿Cuántos tiene?
-Mmmm, no es de veintipico, hasta ahí te digo.
-¿Y cómo es una relación así para vos?
-Tiende a durar, pero no nos vemos todos los días, la rutina me mata. Si estoy con alguien, no estoy con nadie más. Ahora, ¿qué hace él? No sé. Pero de eso no se habla.
-¿Tuviste algún gran amor?
-Me enamoré mucho a los 35 años, daba la vida, y sufrí mucho. Todo lo bien que nos llevábamos, el segundo año fue una batalla campal. No llegamos a la agresión física pero estuvimos a 30 segundos. La corté yo porque me hacía mal. Le pedí que no me llame más. No podíamos ni hablar. Realmente lo quise con toda mi alma, creo que no he querido a un hombre como lo quise a él. Con los años lo volví a ver. Me sigue encantando, pero no.
-¿Ahora se te acercan más después de tu exposición en el Strip dance del Bailando y tu participación en Infama?
-No noto que se me acerquen, siempre fui medio pelotuda para eso. Igual no te tenés que dejar encantar por los amigos del campeón, siempre los rechacé. Me pasó cuando bailé con los treinta y pico de puntos, apareció un montón de gente y dije "¿dónde estabas?". Hay gente con la que no te hablás tanto pero que siempre está, esos no son amigos del campeón, pero a los que aparecen de repente, los detesto.
"Operarse las lolas es como tener dos cupcakes ahí. No lo haría".
-Hace años que trabajás con hombres exitosos y estás acostumbrada a la primera fila, ¿cómo lo manejás?
-Yo vivo de lo que me gusta, tengo que estar agradecida de trabajar. Es un regalo del cielo. Puntualmente, en el caso de Marcelo, para mí es un entrañable personaje que lo quiero muchísimo, pero que conozco desde 1987. Es decir, vi todo el proceso. Hoy es el mejor conductor de la TV argentina. A Marcelo ya se le veía, él siempre luchó por tener su empresa, su revista. Y en lo referente a mí, al contrario de lo que piensa mucha gente, por ejemplo, no me llovieron ofertas cuando estaba con Tinelli al principio. Yo quería estar, yo quería ser, pero laburando. Laburo, laburo, no había otra forma antes. En VideoMatch, por ejemplo, se dio que no tenían locutora y una serie de amigos me convocaron a través de (Claudio) Villarruel. Fui a Telefe y no me cerraba mucho, yo venía del palo del rock. Hasta que Claudio me dijo "no te vas a arrepentir nunca". Yo pensé "Guau, ¿tanto?". Y así fue.
-¿Cómo encontraste ese estilo distintivo que utilizás en ShowMatch?
-Lo fui fabricando en ese espacio pequeño y algo que yo no quería era decir la temperatura y la humedad. Pienso que es uno el que gobierna todo. En VideoMatch no había mucho espacio, pero empecé a buscarle el hueco a Marcelo. Una de las primeras cosas que sugerí fue el sorteo de los sacos de Teto Medina, que yo dije: “Son horribles, ¿por qué no los sorteamos?”. Y con respecto a mi participación, mi objetivo siempre fue Marcelo, ¡no en lo personal! (aclara risueña). Es un laburito, yo lo miro, él también me mira. El me divierte mucho, siempre me divirtió. Hoy su personaje me parece de maravillas. Es un conductor del carajo. No se puede dudar que es un número uno, más allá de las críticas.
-Sos una mina polifacética, ¿qué otras cosas hiciste a lo largo de estos 20 años?
-VideoMatch me dio mucha flexibilidad. Paralelamente fui haciendo muchas cosas. Yo no vivía para Tinelli. Hice radio, la carrera de Historia, hubo toda una vida paralela. Soy muy ecléctica, me gusta leer, me gusta la Historia, por supuesto. El período de entreguerras de Europa, la Historia argentina, ¡a veces me enojo tanto! Es inaudito lo de la conquista del desierto, por ejemplo. Otra cosa que me gusta es estar en mi casa, sola o acompañada, pero el ámbito más cómodo es mi casa.
-Después de tu exitoso Strip dance, ¿vas a estar en Bailando 2012?
-Yo creo que diría que sí, pero todavía no hay propuesta concreta.
-¿Cómo manejarías la relación con el jurado?
-Yo tengo mi pico también, veremos… Trataré de no hacerlo demasiado escandaloso.
-Uno de los comentarios que te hicieron en tu performance, tuvo que ver con tus lolas. ¿Te harías cirugías?
-Cuando (Graciela) Alfano me halagó mis pechos naturales, dije: "Qué loco, el 90 por ciento de las mujeres son como yo y me los halagan". No me operaría. No me gustan los senos operados. Me encanta ver las películas europeas con las mujeres sin nada hecho y felices. Quiero sacarme esto de acá (se señala bajo los ojos) que me da un rostro cansado. A veces pienso: 'Llegué con la nariz así hasta acá y nunca me hice nada...'. No sé si lo haré o no. Por ahí un toquecito de botox en una arruga… Operarse las lolas es como tener dos cupcakes ahí. Eso sí, me cuido bastante, voy al spa... La TV requiere que uno se cuide.
-¿Cómo evaluás tu participación en Infama, con un look más sexy y teniendo discusiones al aire con algunos personajes?
-Cuando me llamaron para Infama les dije que no soy periodista de espectáculos, soy periodista, eso lo estudié, pero que lo mío pasa por el análisis.
"Creo que aceptaría estar en Bailando 2012 como participante, pero todavía no hubo una propuesta concreta".
-Tus mascotas ocupan un lugar muy importante en tu vida. ¿Cómo es tu relación con ellas?
-Adoro los animales, los amo y me enternecen. Tengo cinco perros, tres gatos, una torcasa (es una especie de paloma) y dos tortugas. Te voy a contar algo muy íntimo: mi mamá estaba muy deprimida cuando falleció mi viejo... Entonces, habíamos implementado dormir juntas en lo que había sido la habitación de ellos. Y los perritos, que eran chiquitos, dormían con nosotras. Una mañana suena el teléfono, mi vieja atiende, “hola, hola”, yo la miro y... ¡tenía el cable del teléfono cortado! Los perritos lo habían mordido y ella atendió dormida y no se había dado cuenta. ¡Lo que nos reímos! Eso nos empezó a sacar un poco del mal momento.
La charla, como una rueda, termina con el tema que arrancó. Para el final, Marcela Feudale se dispone a un ping pong íntimo (ver video) con los temas clave de su vida, mientras se toma un café en el bar que ella eligió. Allí donde no hay lugar para los amigos del campeón.