¿Cuántas veces quisimos decir algo pero no encontramos la palabra justa para hacerlo? De eso se trata Exonario, un blog que intenta ponerle nombre a todas esas situaciones de la vida que todavía no lo tienen, o al menos no tienen uno aceptado por Real Academia Española u otros diccionarios. Por ejemplo, tratar de describir a una persona que hizo sonar el teléfono un domingo a las cuatro de la tarde, justo después de haber comido un asado, podría llevar bastante tiempo y varios adjetivos e insultos. Sin embargo, gracias a este sitio, sólo se necesitaría decir que es un aguasiestas.
Jorge Mux, un profesor de filosofía de la Universidad del Sur, es el creador de esta página, que está on line desde noviembre de 2006. "Siempre me gustó investigar la etimología de las palabras y crear nuevas. Como tenía muchas, decidí publicar al menos una por día", cuenta este bahiense, que asegura no pasar mucho tiempo pensando en este hobbie, pero que también admite tener cerca de cien términos listos para subir a la web.
"Uno encuentra que hay cosas que no tienen nombre y que a veces sería útil que lo tuvieran. El asunto es que el nombre a veces te da a entender una especie de campo semántico que si no fuera por ese nombre sería muy difícil entender a qué se está refiriendo uno", agrega Mux, que también estudió griego, latín, alemán e inglés.
La mayoría de las palabras que figuran en el Exonario son fruto de las ideas de su creador. "Yo quiero que el blog tenga un sello personal, que no sea sólo una recopilación de lo que me manda la gente. Yo tengo una estrategia para armar los vocablos, para que de algún modo se puedan justificar etimológicamente, aunque a veces es sólo por su sonido. También quiero que el significado se explique lo más completa y detalladamente posible, y agregando alguna historia de ficción. Eso en general la gente no lo respeta", explica.
Sin embargo, a pesar de sus pretensiones, para festejar los seis meses del sitio, Mux lanzó un concurso para las palabras mandadas por los lectores. La ganadora fue "domicidio", que se refiere a la "acción de dejar que la casa se destruya por el desgaste ocasionado por el tiempo, el uso o abuso, la acción, la falta de acción o la desidia".
Su inventora, Manón, quien prefiere guardar su verdadera identidad, explica cómo se inspiró: "Debe haber diferentes formas de llegar a una palabra. Yo me imaginé situaciones cotidianas y qué nombre les pondría. Domicidio surgió así. Con mis hermanas siempre bromeamos con las casa de mi abuela que se viene abajo, que nunca le arregla nada y cada vez se van acumulando".
Por otra parte, algunas de las palabras que figuran en el Exonario son utilizadas de manera corriente en otros blogs. Pero cuando se le pregunta a Mux si le gustaría que éstas fueran aceptadas por la RAE, responde con seguridad: "A mí no me gustaría. Perdería la gracia y habría que sacarlas de la página".