Como un eslabón perdido entre el rock de los 80 y los 90, Iván Mirabal y Ariel Soriano formaban Iguana Lovers, una banda con sonido contemporáneo a la escena de Manchester, acá en Buenos Aires. Eran épocas pre-Internet y todo lo que ahora parece sencillo -darse a conocer, hacer contactos- era un poco más complejo. Pero sucedía. "Hacia el 92 no teníamos ni disco ni nada pero sí una conexión", recuerda Soriano hoy, más de una década después, la anécdota: el manager de Ride, banda inglesa de la escena pero de las más indies, se contactó con el dúo argentino y les propuso hacer una gira europea juntos. Que finalmente nunca se llevó a cabo. "Nos decían que estábamos locos, salió en todos los diarios -lo que demuestra que no es un mito- pero creo que no comprendían lo que queríamos trasmitir y les parecía increíble que alguien de Inglaterra se interesara en nosotros".
La historia trunca, ahora, muchos años después, tiene otra vuelta. Mark Gardener, en aquella época líder de Ride, ahora como solista está de visita en la Argentina -porque es músico invitado de Rinôçérôse- y con el mismo manager, que organizó una fecha con los Iguana Lovers que están de vuelta, después de un impasse largo y meditado. Gardener anda presentando su álbun solista These Beautiful Ghosts, y en show acústico interpretará sus temas más algunos de Ride. Mientras que los locales tocarán el nuevo material de su ep Iguana Lovers que se distribuye con licencia Creative Commons. Un encuentro muchos años esperado que el domingo 21 en el Hotel Bauen tendrá resolución.
¿Pero por qué no fueron a la gira? Parece inevitable la pregunta y se la trasladamos a uno de los Iguana Lovers, que cuenta. "Por inexperiencia de nuestra parte y por una cuestión económica. Después firmamos un contrato con una compañía y entramos a grabar nuestro disco. En realidad, no pensábamos mucho, éramos muy jóvenes, inocentes y no entendíamos bien. Creo que todavía seguimos así, tratando de no contaminarnos con lo que sucede a nivel masivo. Preferimos ver desde afuera y disfrutar", dice Ariel Soriano, ansioso de mostrar ese sonido propio que alguna vez no fue tenido en cuenta y que encontró siempre eco en el Reino Unido. De hecho, exhiben orgullosos en su flog y su blog, los momentos que vivieron junto a New Order, Ian Brown y uno de los Happy Mondays cuando en noviembre llegaron a Buenos Aires por el Personal Fest.
¿Por qué creés que no eran comprendidos a principios de los 90?
Nosotros queríamos transmitir con la música, con el redoblante al frente y las voces y coros por detrás, no la idea del cantante que quería decir algo como U2. Después, a mediados de los 90 Oasis empezó a sonar así y hasta el disco Dynamo de Soda Stereo fue posterior. Éramos contemporáneos a lo que sucedía en Oxford o en Manchester pero fue algo casual, por lo que nos gustaba a nosotros.
¿Ahora qué tocan?
Ahora está todo más pulido. Tenemos más experiencia y un poco más de conocimiento en lo que se refiere al sonido. El advenimiento de las nuevas tecnologías también cambió un poco las cosas: antes ibas a un estudio y tenías tantas horas desde el inicio y nosotros somos diseñadores, hacemos dirección de arte, diseño gráfico y producción multimedia, así que estamos bien al tanto de lo que pasa.
¿Qué cosas cambiaron con Internet?
Es lo que necesitábamos. Apostamos a Internet y a la no intermediación, que genera una mediocridad, que es como imponer algo. El público está educado a escuchar lo que le dan y esto permite siempre investigar: ahora lo buscás y lo escuchás.
En un momento disolvieron la banda, ¿por qué?
Sí, en 1995 dejamos de tocar porque nos contaminamos y entramos al camino de las ratas, ya no disfrutábamos. Ahí empezamos a crecer. Por entonces hacíamos recitales en Cemento, en Die Schule: Omar Chabán era un gran propulsor de lo que hacíamos, le encantaba como lo más interesante de lo que se llamó movida alternativa y sónica, donde Babasónicos, Los Brujos, El Otro Yo, Martes Menta, Juana la loca y Suárez se destacaron. Después de 1995 armé un proyecto llamado Televidentes (más new wave), Iván se fue a la banda Menos que cero.
¿Y cuándo decidieron volver?
Con la excusa de revisar el material viejo, nos juntamos y empezamos de nuevo. En 2005 armamos el ciclo Myxte en la Casa de la cultura, con artistas emergentes: Mick y Mouse, Diosque, Abducidos, Lost Look y donde cerró Daniel Melero. Al principio nos rechazaban: "estos viejos de mierda, ¿quiénes son?", decían. Ahora somos amigos.
¿En serio?
Sí, pero nosotros a los 21 años ya habíamos hecho todo lo que teníamos que hacer. Mark Gardener tenía 18 cuando salió con Raid, esa fue una de las cuestiones. Pero la energía está intacta, esa es la premisa.
¿Qué esperan del show del domingo?
Que nos presten atención. Sé que van a ir a ver a Mark Gardener, este es un país medio cipallo, pero nosotros lo tomamos como una oportunidad para que nos vean. Y después disfrutar haciéndonos amigos de igual a igual: Mark viene a mi casa, así lo quiere él, que está enojado con el mainstream como nosotros. Dave, su manager, está viendo de hacer algo con Iguana Lovers afuera, en un festival, pero estamos viendo... ¡Ojo con lo que vas a poner!