Helen y Joe Auer, una anciana pareja de Cincinnati, murieron con sólo 28 horas de diferencia, tras permanecer 73 años casados.
Cuando Helen falleció hace una semana en la silla de su habitación, su marido lo supo simplemente con verla; se despidió con un beso y le pidió que "se lo llevara a casa" junto a ella. Sus hijos sabían que Joe podía pasar una noche sin su gran amor, pero no dos. Y así fue, Joe murió 28 horas más tarde, a la edad de 100 años.
Ambos fueron enterrados tras un funeral conjunto realizado en el mismo altar de la misma iglesia donde se casaron, en 1941. Una de sus hijas manifestó que la muerte de sus padres se vivió como "un momento de alegría porque vivían una vida bendecida". El entrañable matrimonio dejó sus frutos: 10 hijos, 16 nietos, 29 bisnietos y un tatara nieto.
Un amor eterno, de verdad.