Esta vez no fue una cámara oculta como la que le hicieron los hijos del Tano Pasman a su (ahora famoso) padre. Esta vez, fue el propio hincha fana de River quien se grabó mirando el Superclásico en la soledad de su casa.
Esta vez no quedaron registrados los insultos y la bronca por una derrota dolorosa. Esta vez, lo subido a YouTube fue el alocado festejo por un triunfo de esos que se celebran mucho más allá del domingo a la noche. Y no es para menos...
El muchacho en cuestión se llama Franko Bonetto y se grabó en la soledad de su casa, vestido para la ocasión: camiseta con la banda roja cruzándole el pecho y gorrito a tono del club de sus amores.
El primer gol del Millo, el de Manuel Lanzini, fue un grito de desahogo total, con corridas por la casa incluidas. "¡Goooool!", gritó 17 veces seguidas, una atrás de la otra, sólo interrumpidas por un "¡carajo!" en el medio. No le pidan más repertorio. La pasión es así.
Luego llegó el delicioso empate de Riquelme (una lástima que Franko no haya querido subir ese momento). Y cuando el reloj marcaba 40 minutos del segundo tiempo, Ramiro Funes Mori saltó más que todos, dejó a Orión dándole un puñetazo al aire y Bonetto explotó. Literalmente explotó. Esta vez fueron 20 los gritos de "¡gooool!". Más un "¡me cago en Dios!" (perdón por la blasfemia) y un llamado al celular en el medio, que contestó con más "¡gooooool!".
Luego llegó el final del partido y más gritos, con algún que otro insulto para sus primos bosteros. Y su correspondiente publicación en Facebook, en pleno delirio.
Perlita I: cuando el video marcaba 1'49'', Franko tuvo que detener su avalancha de gritos. "¡Casi te morís, bol...!", le escribió uno de los usuarios que vio las imágenes en YouTube. "Si, no sé qué me pasó. Como que se me fue todo a la m...", respondió el fana de River.
Perlita II: la sorpresa de Franko al enterarse que el gol agónico lo hizo el jugador menos pensado. "¡Funes Mori lo hizo!", dijo sin poder creer lo que veía.
Creelo, Franko. Después de 10 años, River ganó en una Bombonera sin hinchas visitantes. Pero tu grito seguro que llegó a La Boca.