Su nombre estuvo históricamente ligado al humor popular. Pero desde hace algunos años, Guillermo Francella supo abrirse camino y explotar otras facetas de su proyección artística. En un excelente momento profesional, el actor acaba de estrenar en cine El misterio de la felicidad, que protagoniza junto a Inés Estévez. Además, se prepara para la obra Dos pícaros sinvergüenzas, que realizará en abril con Adrián Suar, en el teatro Metropolitan.
"¡Uy! Lo de Nico fue algo increíble. De verdad estamos todos muertos con él y las pendejas… ¡Ni te imaginás el quilombo que tenemos! ¡Hay un revoleo!".
Francella brindó una extensa entrevista a la revista Viva, en la que habló de todo. Su prolífica carrera, la situación actual del cine nacional, su vida íntima, la relación con su hijo Nicolás y mucho más. El “heredero” de Guillermo debutó como actor de la mano de su padre y nada menos que en la pantalla grande. El experimentado humorista recordó la única experiencia que vivió en Corazón de León junto al joven actor.
“¡Uy! Lo de Nico fue algo increíble. No sabíamos que teníamos un actor en casa. En la película está extraordinario”, aseguró Guillermo, cual padre orgulloso. Luego, Francella reveló el singular “problema” que hay en su casa desde la incursión del joven en la actuación. “De verdad estamos todos muertos con él y las pendejas… ¡Ni te imaginás el quilombo que tenemos! ¡Hay un revoleo! Pero lo más lindo es que lo que le está pasando a Nico es genuino. Es auténtico como actor y lo están reconociendo como tal”, afirmó.
Además, Francella se refirió a la vorágine laboral en la que vive. “Hubo un momento en mi vida que hacía todo: cine, teatro, televisión. Y fue una pesadilla. Ahora trato de ser equilibrado con el tiempo”, confesó. En la nota, también hubo lugar para algunas críticas sobre la industria del séptimo arte en la Argentina.
“Creo que se puede hacer un cine más popular, como el de (Juan José) Campanella y hacerlo con mucha calidad. Y creo que esa dicotomía se va achicando porque hay muchos bodrios populares y otros más profundos donde no hay ni mensaje. Se puede estar filmando un globo que flamea diez minutos, no pasa nada, es la nada, y la crítica dice ‘tremendo el hecho artístico con ese globo’, cuando en realidad… no hay nada”, disparó. Una entrevista con todos los ingredientes.