A los 58 años, Georgina Barbarossa se siente (y se ve) espléndida. Arriba del escenario se luce en Los Grimaldi, pero la gira con esta obra le trajo un efecto colateral: aumentó un par de kilos por los desordenes en los horarios para comer.
“Me achiqué las lolas por dos motivos: por un lado tenía que cambiar las prótesis, que me operé por primera vez en 2002, y por otro, que los pechos ya tenían vida propia. Habían crecido mucho".
Por eso, la reconocida actriz tomó la decisión de pasar por el quirófano, y ahora se siente ¡renovadísima! “Me achiqué las lolas por dos motivos: por un lado tenía que cambiar las prótesis, que me operé por primera vez en 2002, y por otro, que los pechos ya tenían vida propia. Habían crecido mucho, eran demasiado grandes”, comentó con total naturalidad en Paparazzi.
“Me llegaron a molestar a nivel físico porque nunca las había tenido tan grandes. A medida que vas cumpliendo años las lolas van creciendo, mi amor. eso me lo había dicho Nora Cárpena, yo no lo podía creer, pero te juro que es así”, agregó en referencia a su colega.
Pero eso no fue todo, porque Georgina también tomó una decisión sobre esos kilitos de más a los que nos referíamos. “Me hice una lipito chiquitita. Me tunée un poquito. Ya que tenía que pasar por el quirófano aproveché y me hice alguito más. Ahora me siento divina”, reveló.
Cuando le preguntaron de qué parte de su cuerpo estaba hablando, la actriz dio a entender que era su cola. “Adiviná, ¿cuál es la parte del cuerpo que más grande tengo?”, preguntó.
Sus hijos, comentó, no estaban de acuerdo con las operaciones. “No les gusta para nada que entre al quirófano, estuvieron con miedo en esta oportunidad. Pero me dijeron que con mi cuerpo haga lo que quiera”, contó. Y así lo hizo.