"¿Por qué tengo que ir al Oscar? ¿Qué creen que ocurre ahí? Yo ya fui una vez, ya vi, no me puso muy contento y estoy acá. La fantasía que se tiene desde afuera de lo que es un ambiente… Es cholu. No es serio".
La entrevista de Alejandro Fantino a Ricardo Darín en Animales sueltos fue brillante en todos los aspectos, sobre todo, porque al clima íntimo, intimidante y profundo que sabe crear el periodista, se le agregaron las declaraciones del actor. Lo interesante, además, no fue lo que dijo, sino también cómo lo dijo.
El Darín distinto, con una mirada diferente a lo que los actores del “star system” suelen brindar, llegó cuando habló de su rechazo por los Oscars y Hollywood.
“¿Por qué tengo que ir al Oscar? ¿Qué creen que ocurre ahí? Yo ya fui una vez, ya vi, no me puso muy contento y estoy acá. La fantasía que se tiene desde afuera de lo que es un ambiente… Es cholu. No es serio. Tiene que ver con la parafernalia que rodea a una cosa que con la cosa en sí misma. Es dificilísimo actuar y pensar en otro idioma”, dijo sobre la industria cinematográfica más importante del mundo.
“A mí me ofrecieron una sola vez una cosa contundente y seria a la que le dije que no y después me empezó a joder un poco que no aceptaban el no como respuesta. Se llamaba Hombre en llamas, el director era Tony Scott. Yo estaba trabajando en España en teatro y lo único que quería era terminar la temporada para venir y estar con mi mujer y mis hijos en mi casa. ¡Me ofrecían hacer un narcotraficante mexicano! ¿Por qué? Para ellos todos los narcotraficantes son latinoamericanos. No me gustó y segundo que quería volver a mi casa”, agregó después.
Alejandro Fantino lo “corrió” por el lado de la plata, haciéndole notar que se había perdido de mucho dinero. Darín le contestó con otra pregunta, tan simple como compleja. “¿Para qué sirve? ¿Para qué?”, le preguntó a su interlocutor. “Para vivir mejor”, le dijo Fantino.
“¿Mejor de lo que yo vivo? Yo me pego dos duchas calientes por día. Me estaba yendo bien. Estaba laburando genial en el teatro. La ambición te puede llevar a un lugar muy oscuro”, afirmó. Y agregó: “Tengo un auto de alta gama y me da calor, porque es demasiado. Soy feliz cuando agarro el auto de mi hijo. Siempre encontré una mano tendida que me ayudó. Si querés más que eso es porque estás viendo otra película. Tengo mucho más de lo que necesito”.