Tiene 46 años, pesa 50 kilos, y es dueña de un paso elegante con el que sabe lucir sus largas piernas. Claudia Fontán confiesa que se siente en su mejor momento, una actitud que parece ir de adentro hacia afuera.
"No puedo soportar las mujeres que se operan la cara porque pierden algo de armonía que jamás se recupera", expresó Claudia Fontán.
En la revista Luz confesó sus secretos de belleza, una armonía natural fruto de varios cuidados, menos de operaciones. “No puedo soportar las mujeres que se operan la cara porque pierden algo de armonía que jamás se recupera. Con radiofrecuencia, en cambio, se pueden frenar las arrrugas”, confesó, y agregó: “Soy fanática de hacerme cositas que no se noten. Le sacaba los cosméticos a mi tia y me ponía de todo […] Además, con los años aprendí algo importante: parecer elegante”.
Sobre su alimentación, no hay demasiados trucos: “Voy haciendo paradas en distintos lugares y acomodo el menú: alterno mates con jugos brasileros, distintas cosas de brunch y nunca falta el pan con manteca ¡que es mi perdición! Es que a veces por cuestiones de trabajo salteo almuerzos”.
Pero eso no es todo, porque con poco, Fontán demuestra que se puede hacer mucho y desde la propia casa. “Echo a todos: a mi marido y a mi hija Antonia les invento un programa, y me doy el gusto del relax. Tiro a la bañera algunos aromas ricos, me pongo algodoncitos en los ojos y después me unto con cremas varias. Cuando llegan me encuentran en actitud de espléndida y los miro con cara de aquí no ha pasado nada”.
Una diosa al natural, armónica, y sobre todo, con humor.