Feliz y ansiosa con lo que se viene, con una panza enorme y el deseo de ya conocerle la carita a su bebé, Gabriela Sobrado disfruta del último trimestre de su deseado embarazo.
La conductora de Plan TV (sábados a las 11 hs. por eltrece) y Mshow (lunes a viernes a las 12 hs. por Ciudad Magazine), charló con este sitio y contó más sobre la búsqueda que emprendió hace dos años y medio, cómo transitó la dulce espera y más.
-¿Cómo te preparás para la llegada de tu bebé?
-¡Con una ansiedad total! Estoy en el octavo mes y ya tengo todo listo, todo preparadito, el bolso, la cunita, la ropa lavadita. Quizás soy medio obse, pero ya está todo. ¡Hasta repelente para bebés orgánico conseguí!
-¿Cómo viviste el embarazo?
-Comparado con los tratamientos, de maravilla. Lo estoy disfrutando, disfruto la panza. Camino como un pingüino pero sin dolores, pocas contracciones.
-¿Cómo fue tu experiencia con los tratamientos?
-Estuve dos años y medio. Sé que para algunas es poco, pero para mí fue muy duro. Pasé por tres clínicas distintas, por muchos médicos. Y la verdad pienso que todos estos tratamientos deberían estar a la par de un acompañamiento psicológico porque es mucho lo que soporta el cuerpo y la mente.
-¿Cómo lo manejaste?
-¡Como pude! Con profesionales que me iban explicando qué cosas me pasaban, por sobre todo. Quizás sí lo que me costaba era que me decían que siga con mi vida normal y la verdad era muy difícil. Por eso muchas veces que me hacía la transferencia embrionaria intentaba tomarme algunos días.
“Pienso que todos estos tratamientos deberían estar a la par de un acompañamiento psicológico porque es mucho lo que soporta el cuerpo y la mente”.
-¿Con quién compartías todo esto que te pasaba?
-Les conté a los más cercanos pero no a muchos por si no funcionaba, para no ilusionarlos. Cuando finalmente lo hice público y lo conté en el programa, me escribieron muchas mujeres. Ahí intenté darles aliento. No soy doctora, entonces les cuento lo que viví desde mi experiencia.
Sé que hay mujeres que llevan 15 años intentándolo. Lo que les puedo decir a todas es que una vez que lo lográs, el embarazo es nada que ver, es hermoso. Y más sabiendo que tenés a tu bebé en la panza.
-Me contabas que estuviste casi tres años en tratamiento, ¿pensaste alguna vez que no se te iba a dar?
-Es que este era el último intento porque emocionalmente no daba más y mi cuerpo había cambiado muchísimo por las hormonas. Además, me pasó que ya había congelado óvulos cuando tenía 35 años y no me resultaron, no eran de calidad. Ahora pienso que las mujeres deberíamos festejar los 25 años congelando óvulos, ja, ja.
Volviendo al tema, incluso lo había hablado con mi expareja. Y él me sugirió que quizás podía pedir que me transfieran dos, pero yo no quería porque quizás se podían multiplicar. Así que en el último intento decidí que fuera solo uno y así y todo cuando me enteré que estaba embarazada tenía dos bolsas.
-¿Cómo fue ese momento en el que te enteraste que finalmente había salido todo bien?
-Antes del último intento, me había ido a esquiar un fin de semana y estando en la montaña, se lo pedí al universo. Y sucedió. Ya estaba decidida a que sea el último esfuerzo. Al volver, fui a hacerme unos análisis que se hacen a los 14 días de la transferencia. Cuando fui al baño, vi que tenía una pérdida. Y pensé que me había venido el periodo. Así que me sacaron sangre, me fui al canal a hacer el programa pero indignada, con bronca.
Salí y en el estacionamiento justo me llama la doctora y me dice que me había dado un valor altísimo y que tenía dos bolsas: una con un bebé y la otra vacía. Ahí llamé al progenitor, quedamos en shock. También les conté a mis amigos más cercanos. Y bueno, a partir de ahí tenía que hacer reposo por este tema de la pérdida, entonces solo iba a hacer el programa y volvía. A los tres meses y medio lo conté al aire y ahí muchos entendieron. En mi casa, mi sobrino sí sabía porque le llamaba la atención que me quedaba dormida en todos lados, cosa que no me pasaba nunca.
-¿Ya sabés el sexo, tenés nombre elegido?
-Los nombres ya lo tenía. Tengo cuatro desde hace tiempo, dos femeninos y dos masculinos. Y el sexo lo sé desde el día cero por los estudios que me hice, como el progenitor no quiere saber, no lo cuento. Con respecto al nombre, cuando le vea la carita voy a decidir entre esos dos que tengo pensados. Pero bueno, mis amigas me dicen que quizás le veo la carita y se me viene otro a la cabeza.
-¿Estás ansiosa por el momento del nacimiento, cómo te preparás para esa instancia?
-Sé que voy a cesárea programada porque soy de alto riesgo y también tengo diabetes gestacional. Es algo bastante normal en las embarazadas y lo estamos manejando con insulina. A no ser que se adelante, que es muy probable, porque ya está pesando 3 kilos y medio.
“Este era el último intento porque emocionalmente no daba más y mi cuerpo había cambiado muchísimo por las hormonas”.
-¿Cómo te sentís de cara al nacimiento? ¿Nervios, miedos?
-Lo único que me da miedo es si se adelanta, en qué sitio me encuentra, o si tengo que ir sola. Tuve algunas contracciones importantes en estos días, de hecho, el otro día en Mshow me tuvo que reemplazar Juani Martínez, con el que ya había trabajado en Plan TV, porque me agarraron fuerte. Él se va a quedar conduciendo el programa durante mi licencia.
-¿Creés que vas a poder desconectar del trabajo?
-Ya por suerte el equipo me conoce y sabe que voy a estar viendo y con el teléfono pero voy a intentar desconectar.
-¿Cómo te imaginás tu vida los próximos meses?
-Venimos hablando con la familia y amigos porque están todos ansiosos. Los que estén vacunados vendrán y los demás esperarán. El resto, no puedo programar nada. Depende de la criatura, cómo esté e iremos viendo.
Lo que sí, ya decidí que voy a hacer colecho, de una. Ya tengo la cuna. Voy a estar cerquita y eso me deja más tranquila con el tema de la lactancia, después veré. No me voy a poner presión con ese tema.
Y después, ya tengo elegido al pediatra, prefería ir a conocerlo con la panza a ir con el bebé ya nacido. Uno tiene que buscar el médico con el que se siente cómoda.
“Ya decidí que voy a hacer colecho, de una. Ya tengo la cuna. Voy a estar cerquita y eso me deja más tranquila con el tema de la lactancia”.
-¿Tuviste antojos o algo que te encantaba y dejó de gustarte?
-Insólitamente, a los tres meses me dieron ganas de comer papaya. Se me complicó para conseguirla. Es algo que jamás se me había ocurrido porque la había probado pero no es que vivía comiendo. Mis amigas me consiguieron congelada, así que fue un golazo.
Lo que me dio rechazo fue la berenjena. Y después el tema de los olores se me agudizó muchísimo. El perfume que usaba antes no lo pude volver a usar. Y también me ha pasado de ir a entrevistar a alguien y no aguantar el perfume que tuviera puesto, aunque fuera riquísimo.
-Me imagino que cuando nazca nos vamos a enterar, ¿no?
-Ja, ja. Sí. Cuando suceda, subiré algo a mi cuenta de Instagram y también los llamaré para salir en vivo en Mshow para contarles.